Lucydalia Baca Castellón
Pese a los conflictos que enfrentan los ganaderos en la actualidad por la baja del precio de la carne y la leche, no abandonan los esfuerzos para echar a andar el Programa de Reconversión Competitiva de la Ganadería Bovina y Ovina. El proyecto, que pretende la transformación del sector, tendría un costo de 65 millones de dólares en su primera fase y se desarrollaría en cuatro etapas de cuatro años cada una.
El sector ganadero ha tomado gran empuje en los últimos años, y garantiza el consumo local de carne y lácteos. En el 2011 la carne se convirtió en el principal producto de exportación, aportando 432.08 millones de dólares en ingresos. Los lácteos por su parte generaron ingresos por 134.87 millones de dólares, entre leche y queso.
Existe gran potencial de exportación a los países vecinos y a Estados Unidos. Los productores estiman necesario que el sector reciba un mejor manejo para que pueda insertarse con fuerza en el mercado nacional en internacional.
El Programa de Reconversión Competitiva de la Ganadería Bovina y Ovina, concebido por las organizaciones que aglutinan a los ganaderos, encabezados por la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), está plasmado en el papel y depende de que organismos internacionales y multilaterales proporcionen los recursos para su ejecución, señaló Solón Guerrero, presidente de Faganic.
Según detalla el documento borrador del programa, de los 65 millones de dólares en que se estiman los costos del mismo, la mayoría sería destinada a créditos para los ganaderos (61.54 por ciento).
Sin embargo, al recoger los aportes de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic) y la Unión de Agricultores y Ganaderos (UNAG), sus dirigentes coincidieron en que la Ley debe ampliar su cobertura para incluir a todo el sector ganadero. Además, sería un complemento del plan de reconversión del sector.
“Si contempla solo la comercialización de la carne llegará un momento en el que nos habremos comido todas las vacas. La Ley debe contemplar todo. Desde el que produce los terneros hasta el que exporta la carne procesada”, aseguró el presidente de la UNAG, Álvaro Fiallos.
Tanto diputados sandinistas como opositores se mostraron de acuerdo con la petición.
[/doap_box][doap_box title=”Metas de la primera fase del proyecto ” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]
Unos 650,000 animales adecuadamente suplementados, así como establecer unos 10,750 bancos de proteínas.
Capacitar a 400 técnicos en la aplicación de tecnologías apropiadas; crear un manual de ganadería y difundirlo entre todos los ganaderos del país.
Que todas las fincas que reciban asistencia técnica puedan ser declaradas libres de brucelosis y tuberculosis.
Establecer calendarización sanitaria para 650,000 cabezas de ganado.
Hacer monitoreo de salud reproductiva a 150,000 vientres y 5,000 sementales.
Registrar y clasificar de acuerdo a su capacidad de producción unas 50,000 reses.
Capacitar a unos 200 nuevos inseminadores y publicar al menos seis catálogos de sementales.
Alcanzar un consumo per cápita de productos lácteos, equivalentes a 90 litros de leche por habitante al año y de carne vacuna de ocho kilos por habitante al año, entre otras metas.
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El presidente de la Comisión Nacional Ganadera (Conagan), René Blandón confirma que han tenido algunos acercamientos con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE). Esperan que alguno de ellos y otros organismos internacionales se interesen en financiar el proyecto.
Además, el “Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep) lo presentará a las autoridades respectivas en busca de apoyo”, dice Blandón.
Según Guerrero, el “propósito general del proyecto es fomentar la transformación de los sistemas lácteos y cárnicos para incrementar la producción nacional y la exportación competitiva y de alta calidad de ganado y sus derivados”. Eso permitirá que los ingresos, especialmente de los pequeños y medianos productores, se incrementen considerablemente proporcionándoles un mejor bienestar.
Actualmente la carga animal por manzana de pasto es únicamente de 0.5 unidades y según el plan con “medidas de manejo de pastos y ganado, sanidad animal y alimentación, se podría “incrementar el valor bruto de la producción primaria de leche y carne del hato nacional” hasta aproximadamente entre 800 y 900 millones de dólares en 16 años. Además, se duplicarían los empleos que genera el sector.
El incremento de la producción provocará a su vez, un incremento de la productividad. Ambas acciones propiciarán el incremento del hato ganadero del país que actualmente se estima en 4.13 millones de reses, según el IV Censo Nacional Agropecuario 2011.
Estos incrementos se pretenden alcanzar a través de una reingeniería de las fincas ganaderas que girará alrededor de cuatro ejes fundamentales.
Esos ejes son: el mejoramiento genético, una ganadería más amigable con el medioambiente, transformar la ganadería en silvopastoril y transformar la actual ganadería extensiva en intensiva, detalla Blandón.
Para Guerrero “esto no necesariamente se traduce en cifras”. Pero se pretende al menos pasar de producir tres litros de leche por vaca al día, a 5 o 6 litros, así como acortar el tiempo de engorde del ganado para el sacrificio de 42 a 24 o 30 meses, con un peso de 420 kilos y disminuir los tiempos para que las vacas tengan su primer parto.
EL ALCANCE DEL PLAN
Según datos del III Censo Nacional Agropecuario (Cenagro) realizado en el 2001, en ese momento existían 96,994 fincas ganaderas con aproximadamente 4.2 millones de manzanas de pasto. La mayoría, propiedad de pequeños y medianos productores.
Basado en estos datos y en minuciosos estudios sobre el desempeño del sector en la última década, el plan contempla atender aproximadamente a 64,000 pequeños y medianos ganaderos durante las cuatros fases del plan.
“Cada año ingresarían al programa 4,000 ganaderos para acumular en la primera fase a unos 16,000 productores. Esto implicaría la atención de unas 900,000 manzanas de pasto y unas 640,000 cabezas de ganado”, menciona Guerrero.
Por sus características climatológicas y su vocación ganadera, el programa se ejecutaría inicialmente en Jinotega, Matagalpa, Chontales, Boaco, León, Chinandega, Río San Juan. Estos departamentos en conjunto comprenden 3.02 millones de hectáreas y el 81 por ciento de la población ganadera del país.
En cada fase se ejecutarían subprogramas de Crédito, Servicios de Desarrollo Empresarial, Conservación del Ambiente, Competitividad, Subprograma Ovino-Caprino y se establecerá una Unidad Técnica.
Faganic y Conagan coinciden en que la rectoría del programa debe estar a cargo del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) en alianza con el sector privado, quienes a través del Consejo del Poder Ciudadano de la Ganadería (CPCG) integrarían una directiva, que entre otras funciones elegiría a los responsables de la ejecución de cada subprograma.
Las organizaciones esperan el apoyo del Gobierno para la ejecución del proyecto, pues consideran que aportaría significativamente al crecimiento económico del país; evitaría el éxodo de campesinos a las ciudades, mejoraría los niveles de alimentación de la población, incrementaría las exportaciones y en conjunto contribuiría a reducir la pobreza.
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