Ana María Echeverría
AFP
A sus 80 años, el colombiano Fernando Botero sigue pintando, esculpiendo y viviendo la vida cada vez con mayor intensidad, confió el artista en París donde recibió el jueves una medalla de honor otorgada por el senado francés.
“Toda la vida he vivido muy ocupado, lleno de proyectos, pero este año como que se ha intensificado la cosa”, observó Botero, quien cumplió el 19 de abril 80 años llenos de juventud, vitalidad y lucidez.
“Tengo ahora la más grande retrospectiva de mi vida en el Palacio Nacional de Bellas Artes” de México, dijo el artista, quien indicó que la exposición Fernando Botero, una celebración, curada por su hija, Lina Botero, reúne unas 180 obras, incluyendo dibujos, esculturas, óleos y pasteles de varios periodos de su vida.
“Hay también ahora una exposición en el Museo de la Memoria de Chile y otra retrospectiva en Asís (Perugia, Italia). Y el 7 de julio se abre una exposición también muy grande en Pietrasanta (una localidad en la costa norte de Toscana), donde trabajo en el verano” boreal, señaló.
En una afable conversación con un pequeño grupo de periodistas en los elegantes salones del Palacio de Luxemburgo, sede del senado francés, Botero conversó sobre la serie de pinturas y dibujos que realizó hace unos años, inspirándose en las torturas que sufrieron los prisioneros iraquíes en la cárcel de Abu Ghraib, en Irak, a manos de militares estadounidenses.
Esta es una serie que se aparta del resto de su obra, reconoció el artista nacido en Medellín, quien recordó que había hallado su estilo propio —colorido, redondo, sensual— cuando era muy joven. Un “estilo amable”, notó.
“La pintura se ha hecho históricamente, sobre todo para tratar temas amables; nadie ha visto por ejemplo un cuadro triste o melancólico del impresionismo. Y si uno mira el panorama de la pintura, grandes pintores”.
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