Javier Poveda
Vida
Un refresco de piña, de fresa, de mango. Existen muchos sabores, pero no reales. Se trata de bebidas refrescantes que, sin duda, tienen buen gusto, lo que no indica que sean saludables.
Asimismo la especialista manifestó que “el hecho de que un alimento o bebida contenga ingredientes naturales u orgánicos no significa que tenga menos calorías o que sea nutricionalmente más rico que otros”, finalizó.
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He aquí donde radica la interrogante: ¿Qué determina entonces su consumo? Respuesta: El tipo de ingrediente y aditivo que componen dicho alimento para lograr el sabor y la durabilidad.
Gracias a los avances en la ciencia y la tecnología existen ingredientes como los aditivos artificiales que cumplen diferentes funciones para beneficio de los alimentos. Sin embargo, prevalece la percepción de que los productos que mencionan las palabras “orgánico” o “natural” tienen menos calorías y se pueden consumir en mayor cantidad que alimentos similares no orgánicos o artificiales.
En un estudio científico del Departamento de Psicología de la Universidad de Michigan, publicado en la revista Juicio y Toma de Decisiones (2010), se observó que la mayoría de las personas que leyó la información nutricional de unas galletas confeccionadas con harina orgánica fueron más propensas a creer que ese producto tenía menos calorías que las galletas tradicionales que contenían aditivos artificiales.
También agregaron que las galletas orgánicas eran más apropiadas para comer más a menudo que las convencionales. Sin embargo, la nutricionista salvadoreña Kennia Vallejo de Salazar asegura que “los ingredientes artificiales pueden formar parte de una dieta equilibrada, siempre que hayan sido aprobados por las autoridades de salud”.
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