Carlos Correa, shortstop boricua de 17 años, y dueño de un envidiable instrumental físico, pasó a la historia, al convertirse en la primera selección del sorteo del beisbol amateur del 2012 en EE. UU., escogido por Houston.
Como siempre ocurre, de Correa se han emitido las más espectaculares proyecciones. Que se trata del próximo Derek Jeter, pero con poder. Que en Puerto Rico no había un prospecto tan bueno como él, desde Carlos Beltrán.
En fin, las expectativas son enormes. Los reportes de los scouts impresionantes. La cobertura de los medios, descomunal, con historias sobre sus carencias económicas y el trabajo arduo que ha desplegado.
¿Pero qué tal jugador será Correa? ¿Estaremos en presencia de una superestrella o de una frustración más? No lo sabemos. Ni siquiera los Astros, que han depositado toda la confianza en él y sobre sus hombros esperan reconstruir su franquicia.
Correa viene con estadísticas fenomenales del beisbol colegial. Así venía también David Clyde en 1973, cuando Texas lo tomó en la primera ronda. Tenía 18-0 y 0.18 en Weschester High School en Houston, pero tuvo 18-33 y 4.63 antes de salir con su brazo maltratado.
Una primera escogencia puede resultar tan buena como Ken Griffey Jr. o Alex Rodríguez, pero puede ser tan mala como Darrell Akerfolds, a quien escogió el mismo Seattle en 1983, a pesar que entre los candidatos estaba Róger Clemens.
Es mas, los Astros dejaron a un lado un shortstop llamado Derek Jeter en 1992 y optaron por Phil Nevin. Y diez años antes, San Diego se decidió por el zurdo Jimmy Jones en lugar de un derecho de nombre Dwight Gooden.
Ver en la versión impresa las páginas: 12 B