El gobierno autorizó ayer la distribución de ayuda humanitaria por parte de la ONU y organizaciones no gubernamentales en Homs, Idlib, Deraa y Deir Ezzor, como lo estipula el plan de paz de Kofi Annan, el mismo día en que su principal aliado, Rusia, dejó claro que no considera la permanencia de Bashar al Asad en el poder como una condición previa para resolver el conflicto en ese país. Rusia y China se oponen a la intervención armada o al derrocamiento de Asad.
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