Los jugadores talentosos no son siempre los más trabajadores. Con esta premisa, asistir a un calentamiento por parte del crack sueco Zlatan Ibrahimovic es un espectáculo en sí mismo. Tras una parodia de un trote en el que partió de último, luego se paró en el medio para hacer unos estiramientos y reprodujo más tarde con mucha cara de mala voluntad los ejercicios dispuestos por el preparador físico. Gracias a su gran experiencia, siempre encuentra la forma de disimularse en el trabajo en el piso para hacer lo mínimo.
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