Tomado de La Nación
Costa Rica
Desde el inicio de la construcción de la trocha fronteriza paralela al río San Juan, el Gobierno de Costa rica permitió el saqueo de madera proveniente de los bosques afectados por esa ruta y ahora desconoce el paradero de, al menos, 2.000 metros cúbicos de ese material.
Tractoristas y subcontratistas que trabajaron en la obra relataron en los últimos días a La Nación haber visto vagonetas cargadas de tucas que salían de la zona sin ningún tipo de control por parte de las autoridades.
La viceministra de Ambiente, Ana Lorena Guevara, dijo a este diario que el robo de madera le tomó por sorpresa y aceptó que la falta de personal para controlar todos los frentes de trabajo fue uno de los factores que permitió la sustracción de tucas.
La semana pasada, a petición de La Nación, el Ministerio de Ambiente, Energía y Telecomunicaciones (Minaet) determinó que las áreas boscosas intervenidas por la construcción de la ruta 1856 contenían aproximadamente 2.275 metros cúbicos de madera aprovechable, valorada por esa cartera en ¢286 millones (US$578,268.42 aproximadamente).
Este cálculo lo hizo el Gobierno tomando en cuenta un promedio de 5 o 6 árboles aprovechables por hectárea, en un área total de 65 hectáreas de bosque afectado.
Consultado ayer, el director de la Oficina Nacional Forestal (ONF), Alfonso Barrantes, explicó que un bosque típico en la zona norte tiene en cada hectárea hasta 500 árboles con un diámetro mayor a 10 centímetros y hasta 10 árboles de más de 60 centímetros.
DECOMISO
El ministro de Ambiente, René Castro, y su viceministra Guevara afirmaron que el Minaet ha decomisado 200 metros cúbicos de madera que, según presumen, proviene de la trocha.
Según la legislación forestal, la madera que el Estado obtenga producto de la construcción o ampliación de caminos debe ser donada al Ministerio de Educación Pública (MEP) para construir inmobiliario o infraestructura en los centros educativos de Costa Rica.
A la fecha, el Minaet no ha trasladado al MEP una sola pulgada de material proveniente del camino fronterizo, según confirmó Castro.
Entre las especies maderables que hay en la zona que atraviesa la trocha, están almendro amarillo, carey, chancho, caobilla, gavilán, sangrillo y cativo, explicó Luis Rojas, coordinador del Área de Conservación Tortuguero.
La más valiosa es el almendro, cuya corta está restringida. Según datos de la Oficina Nacional Forestal, un metro cúbico de este tipo de madera aserrada tiene un valor en el mercado de ¢1.155.000.
El pasado lunes, el ministro Castro aseguró a este medio que le pidió al Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) –encargado de construir la trocha– una explicación sobre el destino de los árboles que se cortaron a lo largo de la obra de 156 km.
“Nos tienen que dar una explicación detallada de la madera que ellos sacaron (…) de cuánto usaron para la construcción del camino”, aseveró el funcionario.
Consultado ayer, el director del Conavi, José Luis Salas, dijo desconocer sobre una solicitud de ese tipo y negó que el Consejo esté preparando algún informe o explicación sobre el paradero de la madera. / Salas también aseguró que nunca ha conversado con Castro sobre el tema.“No tengo ningún conocimiento de eso”, manifestó.
INCAPACIDAD
¿Por qué falló el Gobierno en el control de la madera?
La viceministra Guevara lo atribuye a falta de capacidad operativa del Minaet para enviar funcionarios a todos los sitios de trabajo.
“Era una situación bastante difícil en todo sentido, de atender todos los frentes. Hubo un paso rápido del Conavi conforme se iba abriendo la trocha y había sitios donde no había acceso realmente. Ellos caminaron tan rápido y todos al mismo tiempo. No había gente permanentemente; se hacían las inspecciones conforme la capacidad del sistema”, manifestó.
Por su parte, el ministro René Castro defendió la labor de su cartera. Aseguró que sí hubo supervisión y que los controles se realizaron en puntos fijos de la zona norte, lo cual, según afirmó, permitió varios decomisos.
Castro dijo que el ministerio ya presentó ocho denuncias penales por este motivo, aunque se negó a dar más detalles, alegando una prohibición legal.