Lucía Navas
Entre las grandes deformidades que existen en el Sistema Tributario de Nicaragua está que en los mercados populares un pequeño comerciante de verduras y el dueño de una gran ferretería o de una distribuidora de ropa pagan el mismo tributo al Estado, por estar ambos en el Sistema de Cuota Fija.
Autoridades, cámaras empresariales y asociaciones de comerciantes identifican como un gran problema esta inequidad entre los contribuyentes que se extiende al comercio del país en general. Reconocen que se facilita se defraude al Estado, lo cual incide en que el nivel de recaudación de impuestos sea menor a lo que obtendría si el gran comerciante pagara lo que debe conforme sus ventas y el movimiento de mercancías reales.
El Gobierno, a través del asesor económico de la Presidencia, Bayardo Arce, anunció que en la reforma a la Ley de Equidad Fiscal a discutirse el próximo mes, pretenden depurar el comercio para sacar de la cuota fija a aquellas empresas que no cumplen las condiciones exigidas.
Para la Cámara de Comercio de Nicaragua (Caconic) lo difícil de esto es que grandes empresas y comerciantes —especialmente en los mercados populares— se han inventado muchas formas de evadir su obligación de registrarse en el régimen general y así evitan que se les retenga el Impuesto sobre la Renta (IR) y el Impuesto al Valor Agregado (IVA), mientras siguen pagando un mínimo.
- 93.3% representaba en 2008 el aporte vía cuota fija del sector comercio minorista. Ese año este régimen aportó el 0.7 por ciento de la recaudación total de impuestos. La desactualización del peso del régimen se critica por no permitir conocer la cantidad de contribuyentes que lo integran ni estimar la defraudación que se está dando.
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FORMAS DE EVADIR
La ventaja de estar en el Sistema Simplificado de Cuota Fija es que el contribuyente paga una sola vez por mes o al año un monto que ya incluye el IR y el IVA.
Eduardo Fonseca, director ejecutivo de Caconic, afirma que la Ley de Equidad Fiscal es clara en que no cualquiera cabe en el régimen, pues es para los negocios que tienen mercaderías en inventarios con valor menor a los 200,000 córdobas, y ventas mensuales menores a los 40,000, y no pueden exportar ni importar mercancías.
“Este mecanismo se creó para proteger a las microempresas, pulperías, que se les calcula el pago de la cuota fija en un cinco por ciento de sus ventas, que equivale a unos 2,000 córdobas al mes”, detalla Fonseca.
Agrega que el problema es que hay muchas empresas cuyas ventas exceden los 480,000 córdobas al año, importan, exportan y siguen pagando 2,000 córdobas al mes en impuestos.
¿Cómo se logra? “Hay gente que pone un montón de empresitas o tramos que caben en cuota fija, pero pertenecen a mismo dueño pero este pone a sus hermanos, tíos, primos a administrarlos. Entonces registra a una sola empresa como si fuese varias pequeñas. Además importan y exportan mercancías. Creo que eso ya es una cuestión ilegal”, explica Fonseca.
La deficiencia del sistema es tal que la Dirección General de Ingresos (DGI), facilita la evasión, pues a muchas empresas y comerciantes con ventas de hasta un millón de córdobas, les permite seguir en el sistema al fijarles una cuota de hasta 10,000 córdobas al año.
¿Cuántos millones se dejan de recaudar? Caconic y el Consejo Nacional de la Micro, Pequeña y Mediana Empresa (Conimipyme) desconocen el monto, pues nunca la DGI y el Ministerio de Hacienda han presentado estudios serios sobre el problema.
COMPETENCIA DESLEGAL
Gilberto Alcócer, presidente de Conimipyme, apunta que el hecho que un negocio con grandes niveles de ventas se mantenga en cuota fija es una competencia desleal al microempresario “sobre todo a aquel que están empezando y que vende poco”.
Tampoco se compite en las mismas condiciones con el empresario que tributa al régimen general, el cual paga el uno por ciento sobre sus ingresos netos y el 30 por ciento sobre sus utilidades, asegura Caconic.
Para Conimipyme y Caconic se debe aprovechar la reforma tributaria para introducir mecanismos —y exigir que se cumplan— para que el régimen de cuota fija beneficie solo al pequeño negocio. Entre las propuestas está un seguimiento más exhaustivo de la DGI a los negocios para que estratifiquen a aquellos que deben quedar en el sistema.
Crear un sistema de estratificación y de gradualidad para ir incorporando al sistema general a la microempresa y al pequeño comercio que crece en sus ventas, “sería un mecanismo para atacar la informalidad, pero sobre todo atacar la ilegalidad de muchos negocios que siguen amparados en la cuota fija”, afirma Alcócer.
Jorge González, presidente de la Asociación de Comerciantes de los Mercados de Nicaragua (ACMNIC), acepta que se haga una revisión total del sistema, pero deja claro que no permitirán que el Gobierno les deje fuera de la discusión. “Los comerciantes buscamos que el Gobierno recaude más, pero de la manera más clara donde nosotros paguemos lo justo”.
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