El régimen sirio de Bashar al Asad, sufrió ayer la primera deserción de un piloto de caza, que voló a Jordania y recibió asilo político, y al que nombraron “traidor”. Mientras, en el país se vivió una jornada de combates que se cobró unas 170 vidas, tras más de quince meses de revuelta contra el régimen sirio que han causado más de 15,000 muertos. El Observatorio sirio de Derechos Humanos, OSDH, lo calificó como “el día más sangriento desde el alto al fuego”.
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