El caso del falso hijo del narcotraficante Joaquín “El Chapo” Guzmán, quien fue detenido y presentado como tal a la prensa el jueves y un día después se supo que era otra persona, es un ejemplo del peligro de exhibir a los detenidos sin haber sido juzgados, dijeron a Efe expertos en derechos humanos e información.
“Es paradigmático porque estamos frente a la posibilidad de que se haya exhibido, con afirmaciones sobre filiación paterna e involucración de delitos, a dos jóvenes que es probable que nada tengan que ver y por ello es un ejemplo de los riesgos que se pueden correr”, dijo a Efe el primer visitador de la Comisión de Derechos Humanos del Distrito Federal (CDHDF), Mario Patrón.
El pasado jueves, la Secretaría de Marina detuvo por la mañana a dos jóvenes en el municipio de Zapopan (Jalisco), a quienes se les encontraron armas, dinero e identificaciones falsas.
Apenas unas horas después fueron presentados en la capital mexicana con una gran expectación mediática, pues presuntamente habían detenido a Jesús Alfredo Guzmán Salazar, hijo del narcotraficante más buscado del mundo, quien presuntamente se dedicaba a administrar los bienes del que también es uno de los hombres más ricos del país.
Todo un gran éxito para la política anticrimen del presidente Felipe Calderón, especialmente faltando tan pocos días para las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 A