Elízabeth Romero
Tras seis meses de la muerte del excontra Santos Guadalupe Joyas Borge, conocido como comandante “Pablo Negro”, la denominada Coordinadora Guerrillera Nicaragüense concluyó que el crimen fue el resultado presuntamente de una conspiración militar, para lo cual fueron reclutadas varias personas, entre ellas exintegrantes de la ex Resistencia Nicaragüense.
En un comunicado emitido por ese movimiento formado por la llamada Fuerza Democrática Comandante 3.80 y el Comando de Justicia Nacional, integrado por presuntos alzados en armas, aseguran que investigaron todo lo relacionado con el crimen que les permitió identificar “a los asesinos materiales e intelectuales de nuestro querido compatriota”.
El pasado 17 de enero LA PRENSA publicó declaraciones de Salvador Talavera, uno de los líderes del Frente Norte 3.80 en la década del noventa, que aseguró que el sitio donde fue encontrado el cuerpo del excontra “ha sido un lugar donde se han practicado ejecuciones sumarias en otros tiempos”.
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Según el estado mayor conjunto de dicha Coordinadora, aparentemente “este asesinato evidencia una vez más las operaciones militares encubiertas de los órganos de seguridad de Daniel Ortega, que actúan con impunidad gracias a la protección de los funcionarios y magistrados de facto del poder judicial”. LA PRENSA consultó con las oficinas de Relaciones Públicas del Ejército, pero hasta el cierre de la edición no respondieron.
Refieren que el conductor a quien tienen identificado trasladó a “Pablo Negro” supuestamente a la base militar de Ocotal.
La Coordinadora Guerrillera reclama justicia “para que este crimen no quede como muchos otros en el misterio y la impunidad”.
Rosa Borge, hermana del asesinado, se suma a ese llamado. Y aunque dijo que desconoce lo relacionado con esa investigación de los alzados, recordó que en su momento ella conoció que hubo dinero de por medio para asesinar a su pariente. Y según ella, “a él le hicieron el llamado de aquí de Nicaragua y él se vino a la frontera a verse con quienes lo llamaron”. Ella sospecha que la muerte de su hermano ocurrió en Nicaragua.
HALLAZGO DE CADÁVER
Según la agrupación, Guadalupe Joyas fue asesinado el 6 de enero del presente año. Pero fue hasta el 12 del mismo mes que el cuerpo fue localizado en el sector de La Barranca, en Honduras.
El cuerpo presentaba un balazo en la frente y otro en la región del abdomen “con señales de tortura”, dice en su informe la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH) en un escrito dirigido el 25 de enero por su director ejecutivo Roberto Petray, a la jefa de facto de la Policía, primera comisionada Aminta Granera.
“Fue ejecutado”, confirmó Petray en ese momento. A la hermana de “Pablo Negro” le llama la atención de que en la Embajada nicaragüense en Honduras no le entregaron la copia de la autopsia de su hermano. Lo único que ella recibió fue el acta de defunción para que lo pudiera registrar en el país.
Un funcionario identificado como José le dijo que reclamara en Medicina Legal de Tegucigalpa el informe de la autopsia, pero en ese sitio le dijeron que de esa sede diplomática habían retirado el documento.
El comunicado número cinco de esa organización que se denomina “guerrillera” destaca que la conspiración inicia en la primera semana de diciembre del año pasado, cuando un grupo de supuestos productores de la ciudad de Estelí ofreció a “Pablo Negro” la suma de 150 mil dólares, dos camionetas y una computadora portátil.
Uno de ellos, identificado como Roberto, se ganó la confianza de “Pablo Negro” por ser sobrino de un exintegrante de la ex Resistencia que le solicitó a la víctima que lo nombrara su secretario. Supuestamente durante su estadía con “Pablo Negro”, Roberto sustrajo documentos e informó de las actividades de la FDC 3.80 a la dirección de Inteligencia Militar y Contrainteligencia Militar del Ejército de Nicaragua. Después fue asesinado.
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