Agencias/Vida
Muchas personas piensan que suprimir el pan es una de las mejores formas de evitar o corregir el sobrepeso o la obesidad. Aunque el pan es un alimento que aporta energía, su consumo no es causa directa del aumento de peso, siempre y cuando se respete la cantidad recomendada para cada caso y el consumo del resto de alimentos, no exceda las necesidades energéticas individuales.
La mayor parte del pan es elaborado por harina de trigo, la que por su riqueza en gluten permite elaborar un pan más ligero y sabroso.
De ahí se derivan los múltiples panes existentes: elaborados cada uno con técnicas propias: pan blanco, pan español, pan de ajo, pan de cebolla, pan negro, pan de arroz, pan simple, pan dulce, pan de coco, pitta, chapata, pan de molde, pan de frutas, pan de queso, pan integral.
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¿Cuántas veces nos ha ocurrido de que compramos pan y lo guardamos varios días y cuando lo vamos a comer está totalmente duro y lleno de lama? Mejor dicho está indigerible.
Si durante toda la semana no ha comido pan y lo tiene ya comprado en casa, para mantenerlo más fresco, debe encontrar un lugar oscuro y seco para almacenarlo, como un armario, por ejemplo. La luz solar directa endurece el pan, y un área húmeda acelerará el desarrollo de moho. También puede colocarlo en moldes de arcilla, pero si no quiere gastar mucho, las bolsas de abarrotes son una buena opción.
EN LA “REFRI”
La mejor opción para mantener el pan fresco es la congelación. El pan permanecerá fresco durante unos dos meses en almacenamiento en frío si usted así lo desea.
Antes de poner el pan en el congelador, asegúrese de envolverlo en una sola pieza de papel de aluminio para que toda la zona del pan esté cubierta, no dejando ninguna parte expuesta durante la congelación.
En muchos hogares se acostumbra almacenar el pan en una bolsa de plástico, siempre dentro del congelador, pero asegúrese de que la mayor parte del aire que quede sea el de la bolsa antes de congelación.
Si hay demasiado aire en la bolsa, el pan puede desarrollar formaciones de hielo en su superficie y dañar la frescura cuando usted lo descongele.
Una vez que ya decidió cuándo quiere comerse el pan y sacarlo del refrigerador hay algunas reglas a seguir para que la frescura sea óptima. En primer lugar, puede dejar que el pan se descongele a temperatura ambiente, pero puede que necesite colgar el pan en una bolsa de plástico para garantizar que la descongelación sea consistente. Otra opción atra es colocarlo en papel de aluminio y calentarlo en el horno a 350º F entre ocho y 12 minutos.
Con este método es muy probable que se obtenga una corteza crujiente, pero un interior húmedo y fresco.
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