Lucía Navas y Wendy Álvarez
Las industrias de zona franca gozan de una serie de incentivos, como por ejemplo la exoneración por 15 años del pago del Impuesto sobre la Renta (IR).
“Lo de la zona franca sigue como está, ahí no hay cambios, eso sigue”, sostuvo Baltodano. “Los incentivos en zona franca quedan intactos. Todo lo que está en zona franca seguirá ahí no habrá cambio”, afirmó el funcionario.
Todas las empresas que están en los parques industriales aportan anualmente 50 millones de dólares al Seguro Social y 4.2 millones de dólares al Instituto Nacional Tecnológico (Inatec), según cifras oficiales. Además se generan más de cien mil empleos directos y 300,000 empleos indirectos a la fecha.
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Upanic y Faganic dicen que son datos que deben revisarse, ya que recuerdan que hay un aporte indirecto de gran impacto. Dan de ejemplo que entre marzo y octubre, cuando no hay corte de café, se emplea a unos 90 mil trabajadores para el cuido de las fincas.
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Está la promesa de no eliminar los incentivos fiscales, pero el Gobierno fue claro en que será selectivo con los agentes económicos que seguirán gozando de los mismos. De entrada los gremios agropecuarios ven “sana” la política propuesta para la Concertación Tributaria, pero saben que les toca preparar sus defensas técnicas para que en el ordenamiento de las exenciones fiscales no se deje fuera áreas claves.
Felipe Argüello, director ejecutivo de la Unión de Productores Agropecuarios de Nicaragua (Upanic), confía en que la reforma tributaria será definida en consenso antes de ser aprobada en la Asamblea Nacional.
En el país están exentas del pago de impuestos las importaciones y las compras locales de maquinarias e insumos dirigidos a la producción de alimentos. Upanic insiste en cuidar la revisión del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que toca al sector agropecuario, ya que si se afecta un rubro esto se reflejaría en aumentos en el costo de la canasta básica, lo cual dañaría a los consumidores.
ALGUNAS PRIORIDADES
Iván Acosta, ministro de Hacienda y Crédito Público, reiteró: “Se van a revisar todas” las exoneraciones y se les pondrán límites de vigencia.
“Y probablemente cuando revisás cuáles son las exoneraciones y exenciones, son diversas, están dispersas, entonces tenemos que ordenarlas para ver cuántas son, qué son, y si están teniendo impacto”, dijo Acosta.
Argüello reconoce: “Cuando estás en una negociación estás sujeto a que existan todos esos riesgos (de que algunos sectores no reciban el beneficio), pero para mí lo importante es que entremos en consenso y nos escuchen nuestras posiciones”.
Las exoneraciones ascendieron a 10,544.9 millones de dólares en 2011.
El ministro Acosta dice que eso es un gran aporte del Estado, pero no se descarta dar más incentivos a rubros claves como el café, que impulsa un programa de renovación, cuyo presupuesto supera los cien millones de dólares.
Las fincas nicaragüenses producen un promedio de 11 quintales de café por manzana. El programa de Mejoramiento Productivo de la Caficultura apunta a equilibrar la productividad del país, por lo menos con los niveles hondureños, que promedian 25 quintales por manzana. “Eso ayudaría a doblar nuestras exportaciones, y los ingresos de todos los agentes, de los trabajadores y también de los empresarios. Es dirigir correctamente el incentivo”, insiste Acosta.
Upanic lo ve correcto. “Porque nuestras plantaciones están agotadas y debemos invertir en mayor productividad y para eso se requieren plantaciones robustas”, dice Argüello.
Solón Guerrero, presidente de la Federación de Asociaciones Ganaderas de Nicaragua (Faganic), dice que lo viable “es dar la exoneración al producto y no al productor”.
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