Son animales en peligro de extinción que nacieron en el zoológico de Managua, y que están prácticamente listos para viajar.
Aunque ver un “tigre” del tamaño de un gato ni es sorprendente en Nicaragua, la veterinaria Tatiana Terán recordó que eso no es común en Europa.
El ocelote mide menos de la mitad de un puma y tiene patas gordas. El marguey es como un gato con ojos saltones y bigotes largos.
[/doap_box]
Wilder Pérez R.
El proceso de adaptación del león que vino desde Berlín hasta el Zoológico Nacional está en marcha. A veces parece pollito comprado, otras se muestra literalmente como león enjaulado.
Como si se tratara de Alex, el león más famoso de Nueva York, los visitantes del zoológico preguntan por él en cuanto llegan pero, a diferencia del protagonista de Madagascar, pasa oculto dentro de su cueva casi todo el día.
“Para adaptarse tiene que acostumbrarse a los olores, los sonidos, el clima, la bulla, el tono de las voces, el tipo de público, conocer al personal que lo atiende… quizá nunca había estado tan cerca de otros animales”, comentó Tatiana Terán Altamirano, médico veterinaria del Zoológico Nacional.
Pumba, el tigre de bengala que nació en el zoológico, fue buen anfitrión al ceder su jaula al león, una de las más cómodas, porque es amplia, tiene cuevas, sitios para trepar y hasta una fuente de agua.
Pero el león africano de melena negra, nacido en Alemania hace 14 meses, todavía no tiene ánimos ni para rugir. Este viernes salió de la cueva para dar un paseo y llamó la atención de los visitantes.
No se sabe cuánto tardará en adaptarse. Cuando eso ocurra, lo estarán esperando un par de leonas para compartir sus vidas.
Ver en la versión impresa las páginas: 4 A