Peyragudes, Francia/EFE
El Tour, a falta de la contrarreloj del sábado, queda sentenciado. Wiggins ya divisa París, y sus escoltas en el podio serán, salvo sorpresa mayúscula, su escudero de lujo Chris Froome y Vincenzo Nibali.
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El español Alejandro Valverde hizo valer un ataque lejano para recuperar su autoestima y la sonrisa del Movistar e imponerse en solitario en la decimoséptima etapa del Tour de Francia disputada entre Bagnéres de Luchon y Perayragudes, de 143.5 kilómetros, la última de montaña que colocó al británico Bradley Wiggins (Sky) a un paso del título.
En su regreso después de cumplir dos años de sanción, Valverde alcanzó “en un Tour negro marcado por las caídas” el único objetivo que restaba: un triunfo de etapa, ya que del podio pronto se despidió.
El ultimo examen pirenaico vio la mejor versión de Valverde, que se hizo fuerte ante la persecución de los británicos Chris Froome y Wiggins en los últimos kilómetros del ascenso al Peyragudes para alzar los brazos cuatro años después de aquel triunfo de 2008 en Plumelec.
Froome, quien subió con el freno de mano puesto para no descolgar a Wiggins, cruzó la meta junto a su jefe a 19 segundos de Valverde, unos metros antes que el benjamín del pelotón Thibaut Pinot, Pierre Rolland y Van den Broecke.
El puerto dejó algunas víctimas. Nibali perdió 20 segundos, pero no supuso merma alguna para conservar un casi definitivo tercer puesto final.
El azote se lo llevó el español Haimar Zubeldia (Radioshack), relegado del quinto al séptimo puesto de la general tras dejarse 3.17 minutos. Ahora tiene por delante a dos hombres del BMC, Van Garderen y Cadel Evans.
El descalabro del ciclista vasco tuvo relación directa con el abandono de su escuadra en los momentos de apuros. “Nosotros buscamos el primer puesto por equipos y no tenemos otra cosa que hacer”, dijo su director deportivo en plena etapa.
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