A veces el vestido está tan roto que de nada sirve ponerle parches. Y cuando el carro anda “en las últimas”, sale más barato comprarse uno nuevo. Lo mismo pasa con las carreteras y los caminos, señala Edmundo Zúniga, ingeniero civil y expresidente de la Asociación Nicaragüense de Ingenieros y Arquitectos (Ania).
- millones de córdobas destinó este mes la Alcaldía de Managua a la “construcción de calles de concreto hidráulico”.
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Por eso, la Alcaldía de Managua (y la de cualquier otro municipio) debería pensarla dos veces antes de iniciar proyectos de recarpeteo. Porque si se detuviera a analizar la situación, quizá se daría cuenta de que más le conviene reconstruir la carretera. “Cuando los hoyos son demasiado grandes se gasta mucho más dinero y nunca queda igual (la carretera)”, apunta el especialista.
Para evitar esos dilemas es necesario garantizar mantenimiento preventivo a las vías, apunta Zúniga. Es decir, no permitir que un agujero pequeño se convierta en un bache gigantesco, como los que pueblan la carretera que conecta a Las Jagüitas con Managua.
Ahí la Alcaldía está realizando bacheo en respuesta a los pobladores y transportistas de esa comunidad, que el pasado 5 de julio quemaron llantas para que les repararan el camino, de unos siete kilómetros.
Ahora, en los tramos “reparados”, donde solían estar los hoyos se ven manchas de asfalto casi tan anchas como la carretera. Si se hace bien, tal vez podría funcionar este recarpeteo. Pero —subraya el ingeniero— ya se han visto “las barbaridades que hace la Alcaldía”, que, por tradición, trabaja con un mal procedimiento y material de baja calidad.
“Si uno lo hace mal… eso es botar el dinero”, lamenta Zúniga.
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