Un paciente portador de “fiebre de origen desconocido” (FOD) es el cuadro clínico caracterizado por fiebre de 38.3 grados centígrados o más de cuando menos tres semanas de duración, en varias ocasiones, y estar sin ser diagnosticado después de una semana de estudio en el hospital.
La mayor parte de las causas son padecimientos comunes y no enfermedades raras. Infecciones y cáncer aportan 50-80 por ciento en adultos, en niños un factor a tener en cuenta es artritis reumatoide juvenil. Algunas veces la infección “se esconde” en sitios difíciles de detectar, como son abscesos o colecciones de pus que se pueden localizar en hígado, bazo, riñón, cerebro y huesos.
Dentro de la barriga del paciente hay que pensar en colecciones infecciosas en la cavidad peritoneal, en las vías biliares, debajo de los diafragmas, en las vías urinarias. Las sinusitis y los abscesos dentales deben ser considerados.
Con menos frecuencia las inflamaciones del tiroides o tiroiditis, sarcoidosis, hepatitis alcohólicas y las producidas por medicamentos (fiebres medicamentosas) pueden explicar el origen del cuadro.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 B