14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.

A contracorriente

“Dice el escritor Julio Valle-Castillo que voy contracorriente, entonces digo: ¿será por la amistad con el río Grande de Matagalpa, que es el único del Caribe con una vertiente que sube la montaña y luego baja para salir al mar?”, reflexiona metafóricamente el poeta Erick Blandón, a sus 61 años, al ver en retrospectiva su vida y obra literaria.

ARNULFO AGÜERO

“Dice el escritor Julio Valle-Castillo que voy contracorriente, entonces digo: ¿será por la amistad con el río Grande de Matagalpa, que es el único del Caribe con una vertiente que sube la montaña y luego baja para salir al mar?”, reflexiona metafóricamente el poeta Erick Blandón, a sus 61 años, al ver en retrospectiva su vida y obra literaria.

Blandón revela que ha finalizado su poemario inédito Polvo enamorado que comenzó a escribir en 1991 y que tiene relación con el río y una calle de la infancia, bautizada por él como: Espiral.

Matagalpa es su punto de partida y retorno. De su nacimiento e infancia, y desde donde se asomó por primera vez al mundo. La casa de la familia Guevara, construida en 1885, se ubica en la avenida José Dolores Estrada, la recuerda con un gran solar y cerco de piedras, a donde el río, en invierno llegaba.

“Por ahí, nos salíamos escondidos para ir a vagar, de esos son los poemas que leí”, dice el poeta recientemente invitado por el Festival Internacional de Poesía, a la presentación de El Autor y su Obra, en el Instituto Nicaragüense de Cultura Hispánica .

Blandón Guevara da a conocer sus primeros poemas en suplementos literarios y revistas en los setenta, en la década siguiente dirige la editorial Vanguardia. En los noventa alcanza un máster en Escritura Creativa, en la Universidad de Texas. Y un doctorado en Literatura en la Universidad de Pittsburgh.

Desde hace 13 años imparte clases en universidades de Estados Unidos. Actualmente dirige investigaciones literarias y culturales sobre literatura de Latinoamérica y Centroamérica, en la Universidad de Missouri, Columbia.

Poesía en prosa

En 1975 publicó Aladrarivo, en ese entonces el poeta Raúl Orozco lo valoró como un escritor joven de lo barroco opuesto a las vanguardias, ¿qué comenta?

En estos años predominaba la poesía conversacional como ahora. La mía era una poesía con vocación de escritura, elaborada que tiene como único compromiso la búsqueda de la belleza, del arte por el arte.

Comencé a escribir mis primeros poemas, a los 10 años y volví cuando llegué a la universidad, ahí conocí a la poeta Michelle Najlis, y al profesor Guillermo Rothschuh Tablada. Participé en un taller de poesía en 1974 que impartió el poeta David Mcfields, con él comencé a encontrar mi discurso poético en prosa.

[doap_box title=”Asombros” box_color=”#336699″ class=”aside-box”]

¿Nuevos libros?

Tengo uno que se llama Polvo enamorado , que lo vengo trabajando desde 1991 y los vivo rescribiendo, este es el arte.

¿De los reconocimientos qué piensas?

Le tengo terror al terrible día de las alabanzas.

¿Qué más esperas de la vida?

Llegar un día a un buen puerto en donde no tenga que huir (sonríe con ironía cerrando la conversación).

[/doap_box]

Alentado por Raúl Orozco, Rosario Murillo, Carlos Alemán Ocampo, Winton Curtis y Oscar Mojica publiqué Aladrarivo , un plaquete de cinco poemas en prosa y tres en versos, a la gente le gustó. A otros no y fue quemado en León por Alejandro Bravo, Fernando Silva y Jaime Buitrago, quienes me acusaron de escribir arte por arte y no poesía comprometida.

¿Acaso su escritura cuestionaba la escritura de los poetas del exteriorismo, como a Ernesto Cardenal su mayor exponente?

No cuestionaba a nadie, lo que buscaba era mi propia expresión. Descubrí que me encontraba más cómodo con las escrituras de Carlos Martínez Rivas y Ernesto Mejía Sánchez, en la precisión de la palabra exacta. Aunque tenga algunas influencias de la poesía de Pablo Antonio y Ernesto Cardenal mi poética está más próxima a César Vallejo, Alejandra Pizarnik, Paul Valery y los poetas franceses.

Mi poesía en prosa me obliga a la concisión y efecto epigramático. Y he sido capaz de insertar versos alejandrinos dentro de la misma prosa.

1343434929_270712LITErickBlandon01
¿Cuál es el secreto de su escritura?

Tomo nota fotográfica, la guardo, lo retrabajo, reinvento, esto significa trabajar mucho con las imágenes. De repente tengo “llamados exteriores” que me hacen asociar todas estas cosas.

¿En la década de los ochenta estableció una estrecha amistad con Carlos Martínez Rivas?

Carlos decía que mi poesía “era una muestra de pureza y dignidad literaria”, porque yo hacía el discurso revolucionario de otra forma.

Mi libro Juegos prohibidos (1982) le impresionó, escribió sobre él diciendo que con esta obra me apartaba de los fáciles consagrados.

Luego reuní todo s los poemas en Las maltratadas palabras (1990) que desafortunadamente, casi toda la edición pereció en el incendio de las bodegas de Barricada, no circuló.

En la Editorial Vanguardia publicamos textos de sociología y política. Esto se rompió en 1988, cuando publiqué La mujer habitada , de Gioconda Belli; En las espléndidas ciudades , de Rosario Murillo; y Las ceremonias de silencio , de Ana Ilse Gómez por segunda vez; así nos soltamos la tranca ante la negativa de la Editorial Nueva Nicaragua de publicar a los poetas.

En los noventa aparecen sus cuentos Misterios gozosos (1994), ¿qué significó este cambio?

En estos años se dio el debate entre lo que se decía y proclamaba. La mejor forma de enunciación de la decencia era el sexo, empecé a plantear que igual las transgresiones ocurren en la intimidad, en el día todo mundo proclama una moral que no se observa en la noche.

Recibí elogios, pero también ataques de parte de Jorge Eduardo Arellano. Dijo que mi escritura tenía esplendor verbal pero que reñía contra la moral.

Estos cuentos Misterios gozosos son melodramáticos, son historias pueblerinas de beatas con discurso religioso pero con prácticas sexuales libertinas.

Hablando de transgresiones en su novela Vuelo de cuervos (1997) cuestiona la revolución y sus desaciertos.

El tema central es el desencuentro cultural entre el poder y las minorías étnicas nicaragüenses. Cuando me refiero al poder es a la cultura hegemónica del pacífico, que planteaba modernizar el país aboliendo culturas y lenguas ancestrales.

Me di cuenta que lo que estábamos haciendo era violatorio de las aspiraciones de los miskitos desplazados en la Navidad roja. Esto significó poner en cuestión muchas de las verdades que defendía a principios de los ochenta. Entonces carnavalicé al poder revolucionario, me produjo un poco de resquemor y rencor.

El estudioso

Actualmente estudia la obra de Carlos Martínez Rivas y otro sobre el mestizaje, ¿cuándo saldrá al público?

He emprendido un estudio sobre este poeta buscando como explicar su pesimismo en su poesía.

Su rechazo a la fama y éxito que él llamó grosería y vulgaridad. Muchas veces incomprendido, o visto como un alcohólico, neurótico y agresivo.

Cultura Erick Blandón Guevara literatura archivo

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí