En Lima… En Lima está lloviendo el agua sucia de un dolor ¡qué mortífero! Está lloviendo de la gotera de tu amor. No te hagas la que está durmiendo, recuerda de tu trovador; que yo ya comprendo… comprendo la humana ecuación de tu amor. Truena en la mística dulzaina la gema tempestuosa y zaina, la brujería de tu “sí”. Mas, cae, cae el aguacero al ataúd, de mi sendero, donde me ahueso para ti…
Ver en la versión impresa las páginas: 6 B