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A veces los niños han aprendido en la televisión o de otros niños algún insulto agraviante y tal vez le parezca que está diciendo algo gracioso. En estos casos debemos explicarle que lo que acaba de decir es un insulto y que no debe volver a repetir este tipo de palabras en ningún ámbito.
La forma de encarar la situación será diferente dependiendo de la edad de tu hijo. Si su niño tiene entre 4 y 5 años ya está en condiciones de entender cuando le dices que fue grosero, que ha lastimado a la otra persona, y que no debe utilizar ese tipo de expresiones.
En el caso de niños grandes, en general ya conocen cuáles son las palabras que podrían ser ofensivas y que por lo tanto no deben decirlas a nadie. Si tu hijo ha insultado a alguien pregúntele primero por qué lo ha hecho, luego explíquele que su actitud no ha sido adecuada y que le ha hecho enojar, finalmente invierte la situación y pregúntele cómo se sentiría si alguien lo insultara.
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