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Del amor y otros demonios

Según Chiarini, el cine es un arte que se expresa por medio de imágenes, proceso que considera inverso al utilizado por la literatura (parte del signo). El cine parte del estímulo del dato sensible que provoca la imagen, cuya primera reacción no es intelectiva ni intuitiva, es fisiológica.

Miguel Ayerdis

Según Chiarini, el cine es un arte que se expresa por medio de imágenes, proceso que considera inverso al utilizado por la literatura (parte del signo). El cine parte del estímulo del dato sensible que provoca la imagen, cuya primera reacción no es intelectiva ni intuitiva, es fisiológica. En otras palabras, lo primero que se activa en el espectador frente a la imagen fílmica es la “pulsión cardíaca” y luego se activa la comprensión y la actitud crítica frente al dato.

Lo anterior sugiere que la lectura de obra literaria tiene su propio registro y fruición estética. De igual manera cuando se ve una película, por mucho que sea adaptación de una obra literaria o teatral, desde el mismo momento que es pasada por el tamiz del guión cinematográfico y luego producida por medio una puesta en escena y en imagen, se puede hablar de un registro cinematográfico y por tanto de una fruición estética particular.

Para muchos se les hace difícil hacer esa diferenciación entre estos dos registros, en especial cuando un filme cuyo relato y/o tramatización (historia) es extraída de otras artes. Pero más complicado es lo relacionado con la fidelidad a la que apelan los lectores ante el filme. Es decir se cuestionan qué tanto el filme logra contener y/o reproducir los episodios y los diálogos de la obra de la que “procede”.

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Mañana el Festival Ícaro Nicaragua se estrena con el documental Calvet , a las 7:00 p.m. en Cinemas Galerías Santo Domingo. Tiene una duración de 86 minutos y fue realizado por el cineasta Dominic Allan. El corto reúne en fragmentos la vida del pintor Jean Marc Calvet. El arte para él tiene una función catárquica, a través de él le ha encontrado un sentido a su vida.

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Del amor y otros demonios se presenta el sábado 18 en el Centro Cultural Guanuca, en Matagalpa, a las 7:00 p.m. y en Cinemas Galerías a las 6:25 p.m.

Jueves 16 de agosto, de 9:30 a.m. a 12:00 m. en el Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica, los cortos: Las telas rojas, ¿De qué se ríen las hienas?, Chapstick, Otredad, Sombras nada más .

De 2:00 p.m. a 5:00 p.m. los documentales: Frankie y Toby Snack Attack, Animales de alquiler, Cambio de frecuencia, La piel donde vivo, El lugar más pequeño, premio al mejor documental centroamericano.

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Es bueno recordar la desilusión para muchos lectores de la novela Madame Bovary de Gustave Flaubert, el no encontrar todo ese mundo abstracto, verbal, representado por medio de la lectura, en las adaptaciones al cine que hicieran Vincent Minnelli (1949) y Claude Chebrol (1991). De igual manera la recepción fría de la adaptación al cine (Arturo Ripstein) de la popular novela El Coronel no tiene quien le escriba de Gabriel García Márquez en 1999, evidenciando la complejidad y/o dificultad que enfrentan los realizadores ante la puesta en escena de obras procedentes de otros registros artísticos o de otra índole.

A eso se tuvo que enfrentar la realizadora costarricense Hilda Hidalgo al adaptar una de las novelas menos celebradas, pero con el estilo literario inimitable de Gabriel García Márquez, Del amor y otros demonios (1994). El reto de la puesta en escena del filme del mismo nombre (2010) no era el recrear el tiempo histórico de la novela, ni los personajes y toda la compleja trama que envuelve la cultura colonial del siglo XVIII en el virreinato de la Nueva Granada. Era el convencer al público por medio de la puesta en imágenes que no pretende la creación (homologación) del universo literario de García Márquez, sino el establecimiento de un diálogo relacional entre el registro literario y el cinematográfico.

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Los amantes de esta novela lo primero que buscan encontrar en el filme —como se dice arriba— es la evocación fiel de ese mundo oscuro de la colonia (fidelidad). ¿Cómo representar esa condición colonial sin caer en el calco absurdo? La tentativa es que ese universo hiperbólico e inverosímil —elementos que atrae en las novelas de García Márquez— por medio de los recursos cinematográficos, debe de verse “natural”, ya que los retrotrae a esta época y nos hace verlos con ojos del siglo XXI (la monja es lesbiana y el sacerdote joven es un galán con una sicología moderna).

Sin obviar la procedencia del relato y de la trama, el análisis del filme Del amor y otros demonios (al igual que otros filmes) deben de partir, —como dice Todorov— de la obra (lo que sugiere el filme). Por tanto es importante mencionar algunos aspectos de la puesta en escena que desde mi punto de vista sobresalen. Uno de ellos es la recreación del elemento misterioso del argumento: la mordida del perro rabioso en la humanidad de Sierva María, y su no fallecimiento. Ese resorte del conflicto será el vehículo sobre el cual gira el filme.

Otro aspecto es la concepción barroca de la imagen, la cual recrear un ambiente tenebroso producto de una cultura llena de prejuicios, supersticiones e intolerancia. En especial, es bueno destacar el uso de la luz, con los contrastes de claros y oscuros. Un último aspecto que me parece útil mencionar es la economía verbal por el privilegio visual y la ambientación musical. No obstante, en algunos momentos se siente una caída del ritmo de la película, por la ausencia del contrapunteo de ambos elementos.

Una de las debilidades del guión son los vacíos de algunas historias secundarias que acompañan de trama principal. Por ejemplo, la historia de la relación de la madre y del padre de Sierva María no queda clara. Ella aparece distante, en una situación precaria de su vida, pero no se sabe a qué se debió. Aspecto que en la novela sí se menciona y los lectores con facilidad compararían.

Para finalizar es importante mencionar que al margen de cualquier valoración técnica o estética, debe de destacarse el esfuerzo de la realizadora centroamericana —Hidalgo— en cuanto a su aporte a la producción cinematográfica. Principalmente en una región y en países donde hacer cine es una aventura o un reto difícil. Aún más, el hacer un largometraje requiere de gran temple.

Cultura cine Festival Gabriel García Márquez obra archivo

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