Moisés Martínez
La renuncia de Nelson Artola al frente del Fondo para la Inversión Social para la Emergencia (FISE) publicada en La Gaceta, diario oficial, del pasado jueves, es el final de una trama que llevó a este funcionario público caracterizado por su fidelidad a la pareja presidencial a caer en desgracia ante esta.
Artola habría dejado las oficinas del FISE desde el pasado 6 de agosto. En La Gaceta no se menciona quién asumirá el cargo que deja el polémico funcionario.
A consecuencia de la suma de factores políticos vinculados a su rol como ejecutor de la pareja presidencial para decapitar a aquellos alcaldes sandinistas que por una u otra razón ya no gozaban de su confianza, y problemas administrativos en su gestión al frente del FISE, Artola habría sido presionado directamente por la misma primera dama Rosario Murillo para dejar el cargo.
- “Es una microempresa, ahí no hay una inversión millonaria. No tenemos más que la intención de servirle a Matagalpa. Como militante del Frente Sandinista que soy, va a tener un perfil sandinista”.
- Nelson Artola, en abril de 2009, sobre su canal de televisión.
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De hecho, coincidiendo con la destitución de Nelson Artola, el llamado Vida TV 32 lleva dos días sin transmitir tanto en el Canal 50 de la compañía Claro TV como en el Canal 94 de la empresa Concasnic, SA, más conocida como Telecable.
En poco tiempo el canal de Artola creció de forma acelerada, contando con aproximadamente 17 empleados, incluyendo familiares del funcionario.
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El trabajo de Artola de remover alcaldes por orientaciones del poder ejecutivo fue visto como el tiro de gracia de la autonomía municipal que incluso había sido promovida por el Frente Sandinista cuando este formaba parte de la oposición política.
EJECUTOR DE DEDAZOS
Pero Artola no solo quitaba alcaldes, sino que además era el ejecutor de los dedazos de la pareja presidencial para asignar los candidatos a alcaldes y vicealcaldes en los comicios municipales de noviembre próximo.
Estos dedazos han desencadenado una serie de protestas y conflictos en las mismas bases rojinegras en diversos puntos del país.
Estos brotes de molestia cimentaron el principio del fin para Artola, al que acusaban de ungirse como una especie de mano derecha de la pareja presidencial, cuando este ni siquiera tenía una militancia histórica en el partido rojinegro.
Un perfil sobre Nelson Artola escrito por el periodista Eduardo Cruz y publicado en la Revista Domingo de LA PRENSA el 25 de marzo pasado, reveló que Artola no tenía antecedentes guerrilleros ni tampoco se le conocía una trayectoria en el partido rojinegro, hasta que apareció como diputado electo para el período 1997-2001.
Sin embargo, el mismo Artola se ufanaba de tener la confianza de la pareja presidencial supuestamente por tener una historia de lucha y trabajo disciplinado a lo interno de Frente Sandinista.
Pero el 30 de abril pasado un reporte especial publicado por LA PRENSA reveló que Artola fue removido de su cargo como emisario de los dedazos y en su lugar fue colocado el miembro del aparato de propaganda oficial y director de Radio La Primerísima, William Grigsby.
De esa fecha para adelante, Artola prácticamente fue invisibilizado en el Gobierno y poco a poco fue relegado del seno de confianza de la pareja presidencial hasta culminar en su “renuncia”.
PROBLEMAS CON EL FISE
Otro de los problemas que enfrentaba Artola fue con la administración del FISE.
Hasta ahora nadie da cuenta de los hallazgos de una reciente auditoría en el FISE, en la que supuestamente se habrían dispuesto transferencias de fondos sin que se conozcan los proyectos a los que supuestamente iba destinado el dinero.
El 27 de marzo pasado una investigación periodística de LA PRENSA reveló cómo diversos proyectos del FISE en Matagalpa que supuestamente ya estaban ejecutados por dicha cartera según sus informes presupuestarios, en realidad no habían sido “tocados” siquiera.
El presupuesto del FISE decreció considerablemente en los últimos años porque Artola se dedicó más a los periplos de destituir alcaldes en vez de enfocarse en ejecutar las obras que le correspondían. Lo que sí se expandió notablemente era el canal de televisión del funcionario público, sin que se supiera el origen de los recursos.
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