Wendy Álvarez Hidalgo
La recuperación de la banca nacional, tras resistir con eficiencia y cautela los efectos de la crisis económica internacional —la peor desde la Gran Depresión en 1929—, afronta este año múltiples desafíos. El enfriamiento de la economía nicaragüense en el primer semestre del 2012, la ralentización de la economía de Estados Unidos y la crisis de deuda en la eurozona, crean nubarrones de dudas sobre el resarcimiento definitivo de este sector. Expertos auguran un mayor fortalecimiento del sector, pero rodeados de incertidumbres internas y exógenas.
En los últimos dos años la banca se ha fortalecido influenciada por el crecimiento económico interno y externo. En 2011 la actividad bancaria del país mostró fuertes signos de mejoría en sus indicadores claves (activos, rentabilidad, cartera de riesgo, captaciones), estimulados en parte por el dinamismo en casi todos los sectores económicos y productivos, principalmente en las exportaciones (22.3 por ciento de crecimiento), inversión extranjera directa (90.5 por ciento) y remesas (10.8 por ciento) que crecieron con ímpetu.
El año pasado la economía se expandió un 4.7 por ciento, según datos del Banco Central de Nicaragua (BCN) y para este año la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) proyecta que el crecimiento alcanzará 5.0 por ciento, mientras que el Fondo Monetario Internacional prevé 3.7 por ciento y el Gobierno de Nicaragua estima que el crecimiento oscilará entre 3.5 y 4.0 por ciento, según el Informe de Coyuntura Económica de junio del BCN.
El Índice Mensual de la Actividad de la Economía (IMAE) a mayo mostró un crecimiento promedio anual de 5.3 por ciento, muy por debajo al 8.2 en el mismo período del 2011. Pese a ello, la actividad financiera, que incluye principalmente a la banca, experimentó un repunte promedio anual de 3.8 por ciento, impulsado por la reactivación del crédito, un mejor desempeño en los rendimientos de los activos y mayores ingresos.
Este dinamismo en el sistema financiero y bancario es ratificado por Fitch Ratings. René Medrano, director senior de esa agencia calificadora de riesgos para Centroamérica y Panamá, afirma que “en 2011 y en el primer semestre de 2012 el sistema bancario nicaragüense muestra una notable recuperación en sus niveles de rentabilidad, impulsada por el menor gasto en provisiones, mayores niveles de eficiencia y una mayor colocación de préstamos”.
En declaraciones a LA PRENSA, Medrano explica que la mejoría en esos indicadores compensó “la caída del margen de intermediación del Sistema Financiero Nacional, que a pesar de su contracción por las bajas tasas de interés, continúa siendo alta en comparación al promedio de la región”.
A junio, según datos de la Superintendencia de Bancos y Otras Instituciones Financieras (Siboif), los activos totales de los seis bancos que operan en el país sumaron 4,808.91 millones de dólares. Casi el 83 por ciento de ese total se concentra en tres entidades: Banco de la Producción (Banpro), Lafise Bancentro y BAC. La cifra de los activos es superior al acumulado a junio del 2011, cuando sumaron 4,540.73 millones de dólares, al tipo de cambio promedio en ese mes (22.3750).
Expertos advierten de los riesgos por la alta concentración que persiste en el sistema bancario del país. El Consejo Monetario Centroamericano exhorta en su informe conclusivo sobre el sistema bancario de Centroamérica y República Dominicana 2011, que el “aumento de la concentración en pocos bancos tiene implicaciones para la estabilidad financiera del sistema, dado a que altas exposiciones de cartera concentrada en pocos bancos incrementan el riesgo de créditos en períodos de deterioro de la cartera, lo que haría necesario contar con mayor capital para hacer frente a choques sectoriales”.
El economista y experto bancario José Luis Medal señala en este sentido que el alto nivel de concentración de los activos “reduce la competencia en el sistema bancario” nacional. En 2011, según datos del Consejo Monetario Internacional, los activos totales brutos del sistema bancario de Nicaragua crecieron 15 por ciento, cinco décimas menos en relación con el 2010.
En el primer semestre de este año, por otro lado, los pasivos de las seis entidades bancarias sumaron 4,351.69 millones de dólares, al tipo de cambio promedio a junio (23.4955).
- 1.99% ascendió en promedio a junio de este año el índice de morosidad de la cartera crediticia bruta de los bancos, entretanto la cartera de riesgo sobre la cartera bruta promedió 4.87 por ciento.
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- Nicaragua es el país con el menor número de bancos en Centroamérica (incluyendo Panamá) y donde hay mayor concentración o poder de mercado. Con relación al volumen de los activos, el sistema bancario también es el último. Según cifras del Consejo Monetario Centroamericano los 134 bancos que existen en Centroamérica manejan un saldo de activos de unos 164,426 millones de dólares, que representan un 70 por ciento del PIB de la región.
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Muestra de la recuperación de este banco, según su gerente, es que en mayo pasado ya no fue necesaria una recapitalización que se tenía proyectada desde el año pasado, ante la posibilidad de que las pérdidas del banco ascendieran a un millón de dólares en 2012. “Nos hemos distanciado de esos crecimientos agresivos que se daban antes, no solo de nuestra parte sino que todo el sistema financiero lo está haciendo”, reconoce el gerente de ProCredit.
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CRÉDITO DINÁMICO
La actividad crediticia, por su parte, continúa dinamizándose, pese a la desaceleración de algunos sectores económicos claves del país, como el exportador. En el primer semestre de este año la cartera bruta de crédito de los seis bancos suman 2,474,896 millones de dólares. Al finalizar el 2011, según datos del BCN, el saldo de la cartera bruta del sistema financiero totalizó 2,310.2 millones de dólares.
Fitch cree que “la cartera de préstamos continuará creciendo, manteniendo la calidad registrada hasta la fecha. Para el 2012 dicha expansión será mayor a la observada en 2011, enfocándose como hasta ahora, en los segmentos de consumos, hipotecas y comercio”.
Pero ¿cuál es la calidad de la cartera de créditos de los bancos? A junio de este año la cartera de riesgo sobre la cartera bruta se sitúa entre 3.14 por ciento y 8.5 por ciento, siendo ProCredit la entidad con el nivel de cartera de riesgo más elevado y el Banpro el que tiene el porcentaje más bajo. El índice de morosidad de la cartera bruta, no obstante, en las seis entidades bancarias no supera el tres por ciento.
Medal destaca que en los últimos dos años los bancos “han mejorado sus finanzas”; muestra de esto es que la cartera clasificada como D y E, es decir la de difícil recuperación, ha disminuido. Al primer semestre de este año, a excepción de ProCredit (88.64 por ciento), cinco bancos tienen en más de un 90 por ciento su cartera crediticia clasificada como A (préstamos sanos).
Lo anterior se explica, en parte, a que hay un reducido número de préstamos prorrogados, restructurados, vencidos o en cobro judicial, según refleja el más reciente informe de la Siboif, actualizado en junio.
A pesar de que existe una evidente mejoría en la colocación de préstamos, los niveles continúan siendo inferiores a los registrados antes del vendaval económico y financiero mundial que inició hace cuatro años, y a la amenaza que representó para el sistema bancario y financiero en general el movimiento de deudores conocido como No Pago, nacido en el norte del país.
ENORME LIQUIDEZ
Este contexto adverso ha provocado, en parte, que hasta la fecha haya un exceso de liquidez en las bóvedas de los bancos. “El deterioro que hubo de la cartera crediticia 2008-2009, les indujo a una política más cautelosa en la selección de sus clientes, además no existe suficiente demanda de crédito de clientes con suficientes garantías y buenos proyectos”, afirma Medal. Y añade otro factor: “Los depósitos del Grupo Alba le han inyectado liquidez a algunos bancos”.
Medrano, de Fitch Ratings, apunta que existe un nivel de alto riesgo en “algunas entidades” (sin precisar nombres), porque la liquidez proviene en gran medida de “un número reducido de depositantes”.
En 2011 el crédito bancario al sector privado representó en relación con el Producto Interno Bruto (PIB) el 32.7 por ciento, con un crecimiento nominal de 11.5 por ciento, según cifras del Consejo Monetario Centroamericano. Este dato, sin embargo, es inferior al 40.2 por ciento del PIB en 2006, lo que refleja, según Medal, que “el sistema bancario de Nicaragua aún no ha restablecido el grado de profundización financiera (relación entre el crédito bruto/PIB) que tenía antes de la recesión mundial, por lo que existe un amplio margen para el crecimiento de los bancos”.
En esto coincide Fitch. “El elevado nivel de liquidez en la plaza nicaragüense se explica en parte por la acumulación de disponibilidades anta la relativamente baja colocación de la cartera crediticia en ejercicios previos”, explica Medrano.
Y señala: “Los bancos fueron capaces de fortalecer su mezcla pasiva a través de la expansión de los depósitos bancarios del público, los cuales, en opinión de Fitch, han probado ser una fuente de fondeo estable”.
Y aunque el dinamismo en la actividad sigue sin alcanzar los mismo niveles de antes de la crisis, por otro lado captaciones del público han venido creciendo. A junio el público ha confiado en los bancos 3,823 millones de dólares, superior en relación con los 3,606.36 millones de dólares en junio del año pasado. Banpro, Lafise Bancentro y el BAC figuran entre los principales tenedores de estos depósitos.
El economista José Luis Medal, en este sentido, hace una fuerte crítica a los bancos, por las bajas tasas de intereses que pagan al público. De hecho señala que “los bancos están sobreencanjados, es decir que tienen dinero en el Banco Central de Nicaragua, mayor que el encaje legal requerido. Ello implica que hay dinero ocioso, que no se inyecta a actividades productivas”.
Pero no todo es negativo. El tener suficiente liquidez le permite a las entidades bancarias “un colchón de seguridad” para hacer frente a retiradas imprevistas de depósitos del público, coinciden los especialistas.
Medal reconoce que en un contexto de incertidumbre internacional, e interno por la desaceleración de la economía, “los bancos deben ser cuidadosos en la calidad de la cartera, desarrollar sistemas internos de análisis de riesgo y controlar sus tasas de intereses activas y las pasivas”.
El economista señala que siempre y cuando “no se repitan los fraudes que llevaron a las quiebras bancarias del período 1999-2001”, el patrimonio de los bancos mantenga alto nivel de estabilidad y se garantice un elevado capital de respaldo en el Fondo de Garantía de Depósitos (Fogade), el dinero del público estará seguro.
RENTABILIDAD Y EFICIENCIA
Pero ¿qué tan rentable es la banca nicaragüense? En los últimos dos años el sector también ha mejorado este indicador, aunque persisten los altos gastos administrativos en detrimento de su rentabilidad.
Actualmente la rentabilidad de los bancos promedia el dos por ciento sobre los activos totales (ROA) y la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) es mayor al 20 por ciento. En el primer semestre de este año, según refleja el informe de la Siboif, Citibank, Lafise Bancentro y el BAC ocupan los primeros tres puestos de las entidades financieras más rentables del país en cuanto a los activos y patrimonio. Le sigue BDF y Banpro. ProCedit aparece en el último puesto con cifras negativas, pero mejores en relación con el período pasado.
Esto significa, dice Medal, que si un banco invierte cien córdobas en un activo (un préstamo, por ejemplo), 90 córdobas son depósitos del público u otros pasivos y solo diez córdobas son capital del banco. “Si la inversión en un activo dio un rendimiento del dos por ciento (dos córdobas), el rendimiento sobre el capital del banco es del 20 por ciento”, detalla.
El experto de Fitch Ratings sostiene que el sistema bancario nacional mantendrá en 2012 la tendencia creciente registrada en los últimos dos años, de tal manera que se acercarán a los mismos niveles previo a la crisis mundial. “Los factores que determinan esta tendencia incluyen menos gasto en provisiones, mayores niveles de eficiencia, mayor colocación de préstamos y un margen de intermediación alto”.
LOS RIESGOS
En medio de este proceso de recuperación del sector bancario, hay riesgos y amenazas que no pueden ser ignorados por el sector. El Consejo Monetario Centroamericano en su informe anual sobre el sistema bancario de la región advierte que este año se prevé una desaceleración del volumen de comercio mundial (12.7 por ciento en 2010, 6.9 por ciento en 2011 y 3.8 por ciento en 2012).
Además, el organismo regional señala que persiste la amenaza de que las economías avanzadas puedan entrar en una crisis por lo menos igual a la del período 2008-2009, dadas las limitaciones que enfrentan esos países para contrarrestar la recesión con políticas monetarias y fiscales expansivas, lo que profundizaría el ciclo con el consecuente impacto en la región.
A esta situación se suma la volatilidad en los precios de los alimentos, así como la del petróleo. “Dicho panorama condiciona, en parte, las expectativas de una recuperación sostenida en el crecimiento económico de Centroamérica y República Dominicana, pues se depende en gran medida de la demanda externa, el turismo y las remesas”.
Este panorama sombrío es ratificado por Fitch, el cual señala que “una recaída de la economía mundial global podría ralentizar el ritmo de crecimiento alcanzado” por la banca de Nicaragua.
En este sentido, Medal sugiere incrementar los fondos del Fogade, aplicar estrictamente las normas prudenciales y reforzar el sistema de supervisión de la banca. “El mayor riesgo, sin embargo, para el mediano plazo es que se vuelvan a repetir casos de fraude y corrupción, como los que llevaron a la quiebra a varios bancos en el 2000”, enfatiza.
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