El expresidente Cerezo dice que Centroamérica necesita un nuevo acuerdo para garantizar la gobernabilidad de los países, y juntos hacer frente a las nuevas patologías del mundo moderno, o sea las enfermedades que nos agobian. Pero la nación más necesitada de acuerdos es Nicaragua, no solo por las nuevas enfermedades que nos afectan sino para hacer frente a la posición soberbia y prepotente de Colombia que sigue enviando mensajes de no querer acatar el fallo final de La Haya si este le es adverso. Debemos recordar que fue (el presidente) Santos el que planificó y dirigió el bombardeo a Ecuador, ahora se ha reunido con los expresidentes de su país para decir que nuestras pretensiones son inaceptables, lo siguiente que hará es dar a conocer esa posición absurda a los países latinos, también reforzará su presencia militar en el Caribe. Por eso con un verdadero respaldo de los países centroamericanos Nicaragua será fuerte ante el imperio colombiano y ante los foros internacionales. También servirá para enfrentar a Costa Rica en sus ambiciones de continuar cercenando nuestro territorio.
Sin embargo no solo la soberbia colombiana y costarricense debemos enfrentar. Existe otra enfermedad maligna que nos afecta, la soberbia del caudillo criollo y los fraudes electorales cometidos y no terminarán hasta que el pueblo se rebele y obligue a la región a dirigir su mirada a nosotros para que la presión internacional obligue nuevamente a Ortega a realizar elecciones justas, limpias y transparentes con el fin de evitar otro derramamiento de sangre entre hermanos nicaragüenses.
Ortega al haber organizado esta cumbre demuestra su desesperación por querer dar otra imagen a su desprestigiado gobierno, pero esto pasará y se volverán a poner sobre el tapete los fraudes cometidos. La cumbre para Ortega fue un fracaso porque los expresidentes Cerezo y Arias, así como el exgeneral Humberto Ortega han coincidido que los acuerdos firmados están lejos de cumplirse, pero por parte de Nicaragua.
Aunque algunos mandatarios centroamericanos vinieron a la celebración de los acuerdos de Esquipulas, esto no significa que avalen su gestión. Tanto Cerezo como Arias han sido claros en sus declaraciones. El exgeneral Ortega ha venido a repetir lo que dijo su hermano en referencia que ahora los gobiernos no se botan con las armas sino por los votos. Dice que hay que hacer presión pero de manera cívica. Estas declaraciones fueran válidas si el país gozara de paz, pero la represión a los jóvenes que protestan cívicamente frente al Consejo Supremo Electoral, demuestra que no existe tolerancia política. Ellos saben que los jóvenes son el inicio de la rebelión y que ese sacrificio despertará en su momento a los nicaragüenses. El general Ortega quiere que hagamos un alto y reflexionemos en las cosas que se han avanzado. Tal vez se refiere a los fraudes que creíamos enterrados en la historia, habla que lo más importante es el pueblo organizado, la fuerza de la sociedad, pero no dice que cuando la sociedad quiere manifestarse el orteguismo monta otra contra marcha para atacar a la sociedad civil. No dijo el general que a la sociedad civil se le niega recibir recursos, pero época de los gobiernos neoliberales sus organizaciones florecieron y nadie les puso obstáculos a pesar que ellos no dejaron gobernar porque siempre estuvieron las asonadas.
El general dice que la defensa debe hacerse por las leyes, pero olvida que su hermano es el principal violador de las mismas.
El autor es Coordinador Comisión Jurídica Red Managua Coordinadora Civil y Analista Político.
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