El asesor económico del presidente inconstitucional Daniel Ortega, intentó descalificar el informe que presentó la Fundación Nicaragüense de Desarrollo (Funides) a mediados de la semana pasada. Al parecer, no le gustó al asesor del Gobierno, que Funides informara que el crecimiento económico del país este año será solo de 3.2 por ciento, lo que significa 1.5 por ciento menos que el año pasado, que fue de 4.7 por ciento.
Funides únicamente ha reflejado en forma objetiva el resultado de sus encuestas y análisis técnicos, como corresponde hacerlo a un organismo independiente, responsable y cuidadoso de su prestigio profesional. Además, el informe de Funides ni siquiera cuestiona al gobierno del inconstitucional presidente Daniel Ortega, ni lo culpa por la reducción del crecimiento en este año, pues deja claro que se debe más que todo a factores externos. Incluso el informe de Funides es generoso con el Gobierno, pues dice que con el magro crecimiento de este año habrá menos reducción de la pobreza (o sea que se reducirá, pero poco) cuando lo que se debe esperar es que aumente la pobreza.
Economistas que trabajan para los organismos financieros internacionales aseguran que se necesita crecer cuando menos a un ritmo promedio de 4.5 por ciento anual, para lograr una modesta reducción de la pobreza en países como Nicaragua. Para reducir de manera consistente la pobreza y salir de ella a largo plazo, se requiere un crecimiento económico sostenido de 7 por ciento anual y que, además, la distribución del ingreso y de los beneficios derivados del crecimiento económico sea equitativa.
Pero no solo eso. El crecimiento a un ritmo óptimo no se produce de manera espontánea ni únicamente por razones económicas. El crecimiento depende también de factores extraeconómicos fundamentales, como la gobernabilidad democrática, la seguridad del derecho de propiedad, la justicia independiente, la vigencia del Estado de Derecho y la libertad política. Solo en casos muy excepcionales, como es el de la gigantesca y potencialmente rica China comunista, se pueden conseguir altos ritmos de crecimiento sin libertad política ni democracia. Sin embargo, para lograr su acelerado crecimiento de los últimos años, China ha tenido que dejar de ser económicamente comunista y convertirse en un país básicamente capitalista.
Precisamente lo que molesta a los mandos del gobierno de Ortega, es que se diga que para crecer a buen ritmo y de manera sostenida, hay que restaurar la constitucionalidad y la gobernabilidad democrática, incluyendo la celebración de elecciones justas y transparentes. De manera que también deben haberles molestado los datos del Banco Mundial que fueron presentados ayer por LA PRENSA, según los cuales, con el pequeño crecimiento actual Nicaragua necesita 17 años y medio para alcanzar una renta per cápita de 2,000 dólares, y 70 años para igualar a Costa Rica, suponiendo que los ticos se sienten a esperar que los nicaragüenses caminen y avancen.
En realidad, es por su talante totalitario que los actuales gobernantes se molestan porque se dicen estas cosas, y descalifican a quien las dice, en vez de atender sus sensatas y bien intencionadas recomendaciones.
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