Julio Portocarrero
“A mis 21 años he tenido dos trabajos informales, no remunerados de la manera que cualquier joven universitario que sale en busca de empleo espera”, expresa Edgard Calero, estudiante de Filología y Comunicación de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN).
Edgard se encuentra en el último año de su carrera y las expectativas ante su ingreso al campo laboral no son muy buenas.
“Pasantías y trabajos mal pagados es lo que se nos presenta cuando salimos de la universidad”, comenta. El emprendimiento es su única opción.
Y es que aunque gran parte de la población nacional no esté enterada, la realidad es que desde hace tres décadas en nuestro país se desarrolla algo que se conoce a nivel internacional como bono demográfico.
¿DE QUÉ SE TRATA?
De acuerdo al Fondo de Población de las Naciones Unidas Nicaragua, el bono demográfico es un período de la evolución demográfica, durante el cual el número de personas en edad potencialmente productivas —de 15 a 59 años— crece de manera sostenida con relación a las personas potencialmente inactivas —niños menores de 15 años y adultos mayores de 60 años—.
Edgard forma parte de ese crecimiento poblacional acelerado, que según el cineasta Camilo de Castro “nos podría dar un salto en la lucha contra la pobreza”.
ES UNA OPORTUNIDAD PARA…
Pero ese salto no podría llegar a ejecutarse si el Estado de Nicaragua no invierte lo suficiente para tener una excelente educación y generar empleos de calidad.
“Somos el único país en Centroamérica que menos invierte en el sector educativo”, explica Mario Narváez, director del Movimiento Juvenil Nicaragüita (MJN).
Narváez participó en una auditoría que se realizó al Presupuesto General de la República de los últimos gobiernos, y de esa experiencia él señala que ninguno de estos mostraron interés alguno por invertir en la educación.
¡Ojo! Esta última, desempeña un papel importante en el aprovechamiento del bono demográfico. “El contexto te da pocas oportunidades para aprovecharlo, comenzando por la educación. Cuando llegué a la universidad aprendí cosas que debí aprender en secundaria; hasta entonces empecé a ser autodidacta y comencé a pensar”, comparte Edgard.
Su experiencia es un buen ejemplo de las acciones que debemos poner en práctica para aprovechar el “bono”: una oportunidad momentánea.
¡SER EMPRENDEDOR!
Marina Álvarez, Adriana Figueroa, Eduardo Salazar y Carlos Espinoza; empacaron sus maletas la semana pasada y se fueron a El Salvador, en donde representaron a Nicaragua en el Congreso Internacional de Emprendedores (CIES).
Ellos son estudiantes de tercer y cuarto año de Ingeniería en Sistemas de la Información de la Universidad Americana (UAM), y en El Salvador presentaron a InfoSmart SA, una idea emprendedora que nació en las aulas de clase de su universidad.
“Nuestro proyecto consiste en una empresa que va a brindar servicios de información por medio de tecnologías inalámbricas, en este caso nosotros utilizamos el Bluetooth”.
“Con nuestro proyecto las empresas van a poder enviar a sus clientes —con nuestros aparatos— la publicidad de sus negocios”, comentan estos chicos que trabajaron cuatro meses en este proyecto, que de llegarse a ejecutar como ellos esperan, se convertiría en una nueva forma de hacer publicidad.
“Nos fue muy bien en El Salvador, sobresalimos en el sentido de que es un proyecto bastante emprendedor, alrededor de todos los proyectos que se presentaron la gente hablaba muy bien del nuestro”, expresan estos chavalos “pilas puestas” quienes esperan ejecutar esta idea.
¡ELLA TAMBIÉN INNOVA!
Aquí Entre Nos contactó a Elaine Miranda, una bloguera “nica” que por sus estudios vive ahora en Taiwán. Desde plataconplatica.wordpress.com, el enlace de su blog, Elaine comparte sus reflexiones sobre temas relaciones al presupuesto, gastos necesarios e innecesarios, cómo saldar y evitar deudas, consejos para ahorrar e invertir, y por supuesto ¡emprendimiento!
“Escribo sobre emprendimiento porque quiero motivar a la gente a crear algo propio, a dejar de pensar que la única manera de tener ingresos es una gran compañía y porque Nicaragua necesita de una base económica sólida de micro y pequeños empresarios que no solo creen empleos para ellos, sino también para otras familias nicaragüenses”, comenta.
Elaine comparte historias de jóvenes emprendedores con el afán de que más chavalos se animen a emprender y decir “yo también quiero y lo puede hacer”, expresa.
Ella nos explica Aquí Entre Nos que para emprender los chavalos deben cumplir tres características: convicción, “que vale la pena hacerlo”; capacidad, “algo que yo sé que puedo hacer bien” y pasión, “algo que amo hacer”.
“Dado que no hay suficiente empleo para todos, ¿por qué no pensar en crear tu propio empleo? ¿Por qué no considerar la posibilidad de crear una empresa exitosa que pueda dar además empleo a otras familias?”, reflexiona Elaine.
¡EMPRENDIMIENTOS DINÁMICOS!
“Nosotros estamos fomentando la creación de empresas pero a nivel más grande, que no sean negocios de subsistencia, sino negocios que en poco tiempo puedan crecer y exportar fuera del país”, comenta Octavio Loáisiga, coordinador de concurso Ideas de Negocios, del proyecto Emprendimientos Dinámicos, y socio de Aexban (Asociación de Exbecarios Bancaja América Latina de Nicaragua).
Loáisiga explica que es importante que los chavalos trabajen en equipo para que un proyecto pueda crecer. “Ahora hay muchas universidades que están implementando la creación de un plan de negocio para que vos culminés ciertos módulos o tal vez la carrera, pero no tienen la iniciativa de darle continuidad”.
“En cambio otros chavalos han mejorado sus planes de negocios y lo han llevado a cabo o están trabajando, pero realmente son muy pocos”, lamenta.
Sin embargo, “si nosotros con todos los programas de emprendimientos creamos nuevas fuentes de empleo pero con emprendimientos dinámicos, no de subsistencia, podremos generar más empleos”, concluye Loáisiga, quien conoció del emprendimiento cuando realizó una maestría en Valencia, España.
A tan solo unos cuantos meses de culminar su carrera, Edgar, quien desde los 13 años está involucrado en ONG y voluntariado social, apunta al emprendimiento, “con la esperanza de conseguir algo para ganar bien, trabajar en lo mío y generar más empleos”, expresa.
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