Bayardo Quinto Núñez
Ya no hay tiempo para juzgar expresó Bayardo a Daniel. Pero por qué, pasa algo, inquirió Daniel. Pues sí, desmedidamente han ignorado, menospreciado a don Lupe y hasta lo han tildado de muchas cosas incongruentes, lo cual no es cierto, parece que han metido un buen chisme en su contra, replicó Bayardo. Existen muchas personas ignaras y mal intencionadas en este mundo, sabedores de su verdad, no de la verdadera nacidas de sofismas para contemplar sus cenizas, pero todavía hay fuego, ripostó Daniel. Si la alternancia asocial y la imposición de vínculos rompe con el hombre, pero el tiempo se impone, señaló Bayardo. Lo mejor es la conciencia y las convicciones que se tenga para lo que uno hace, eso es lo que cuenta, y, tendré que revisar para recomponer esa situación, dijo Daniel. Ojalá porque la pureza de las personas vale mucho y eso debe tener su gratificación honorífica por ser siempre honesto, expuso Bayardo y Daniel se lo aseveró con un sí, y respondió, todo tendrá su laurel de triunfo gratificado, no como recompensa, sino como un triunfo por haber descubierto la verdad escondida producida por un solemne chisme protervo sibilino. Bueno, pero que esto no pase toda la eternidad en veremos, replicó y concluyó Bayardo.
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