“El día que te fuiste de mi lado, el mundo para mí se derrumbooó. El cielo con la tierra se juntaron y todo quedó negro en derredoooor. Sabía que ya tú no me querías, que tu alma ambicionaba un nuevo amooor…”. Así inicia la romántica canción Derrumbes, la cual deleitó a la juventud de los años 60 y 70 en Centroamérica. Aún hoy suena con fuerza en las emisoras radiales.
Aunque muchos han interpretado el tema, quien mejor lo hizo y lo popularizó fue el cantante Memo Neyra, un joven con un talento musical prometedor y con una voz “que se acomodaba a lo romántico”, explica Polidecto Correa, propietario de Optica Selecta, pero que en aquellos años era director artístico de Sonido Industrial (SISA).
De Memo Neyra la historia hasta ahora ha registrado que era un costarricense que no encontró apoyo en su país para desarrollarse como músico y se vino a Nicaragua y halló un lugar en el grupo Los Ramblers de Monseñor Lezcano, de indiscutible calidad.
En abril de 1977, a muy temprana edad, iba a cumplir los 33 años, murió en un accidente de tránsito en San José, cuando llevaba a su madre al hospital. “Era el primer carro que compró”, recuerda Polidecto Correa.
En el Registro Civil de Costa Rica se indica que el verdadero nombre de Memo Neyra era Guillermo Enrique José Acuña Brenes, hijo de Alicia Acuña Brenes, que nació el 7 de agosto de 1944 y que murió el 22 de abril de 1977. No se indica nombre del padre. Periódicos de Costa Rica han publicado que nació en San José.
“Tan nicaragüense como el río San Juan”
Octavio Latino Acuña es un compositor nicaragúense, originario de Masaya. Es quien compuso la canción Derrumbes. Cuando se le pregunta por Memo Neyra y comienza a narrar la muerte del cantante, a Latino Acuña se le salen las lágrimas y se le entrecorta la voz.
“Yo lo quise mucho. Fui el que más lo sintió cuando murió. ¿Sabe por qué? Porque un compositor sin su intérprete no es nada. Pero no solo por eso. Era mi primo. Memo era nicaragüense, nació en Masaya, en el barrio Países Bajos”, asegura Octavio Latino.
Según el compositor, el verdadero nombre de Memo Neyra era Guillermo Traña Acuña, hijo de su tía Lidia Acuña. Del padre de Memo no se acuerda y solo rememora que toda la familia se fue a Costa Rica cuando su primo todavía era un niño.
Latino reconoce que su primo estudió y se crió en Costa Rica, pero antes de que Memo se fuera ambos jugaban juntos en Masaya, chibola y pirinolas, unos trompos bastante pequeños.
:::Don Octavio, ¿cómo puede asegurar que Memo Neyra era nicaragüense?
¿Ideay? Y no era el hijo de mi tía Lidia pues. Nicaragüense cien por ciento, hijo de padres nicas. Si nosotros ponemos atención a su canto, no tiene la s de los ticos, no la tiene, es la j de los nicas la que tiene.
:::Pero en Costa Rica está inscrito en el Registro Civil.
Eso es ni más ni menos como el río San Juan.
:::¿Hay otro familiar que pueda dar fe de que Memo Neyra es nica?
En Catarina está Julio Latino Guerrero. Los demás ya todos han muerto.
:::-Y la mamá aparece como Alicia y no como Lidia.
Ella tenía dos nombres, pero yo solo sé mi tía Lidia.
Fanor Ibarra, miembro del conjunto musical Los Ramblers, en los años 60 y 70, recuerda que Memo Neyra era bajito y con una buena voz y que se unió al grupo a inicio de los años 60. Con ellos el cantante grabó canciones como Senderito de amor, Sendero de estrella, Ilusión de ayer, Qué soledad, entre muchas otras.
“Él (Memo Neyra) era de Nicaragua”, dice Ibarra, reforzando lo que dice Octavio Latino.
La salida de Memo Neyra de Los Ramblers y su posterior regreso a Costa Rica, se produjo por un conflicto de intereses, explica Ibarra.
Memo Neyra quería que los discos que grabaran juntos solo llevaran su nombre, pero los Ramblers querían que los discos llevaran la leyenda Los Ramblers y Memo Neyra. Al final habían acordado que los discos llevaran impreso Memo Neyra y Los Ramblers, pero luego se disolvió la unión.
Memo Neyra regresó a Costa Rica a inicio de los años 70, pero ya llevaba un nombre artístico hecho y también ya era conocido a nivel internacional, después de darse a conocer en grupos de Nicaragua, especialmente con Los Ramblers, y en un tiempo también con los Music Master.
“Me decía papá”
Memo Neyra continuamente venía a Nicaragua, explica Octavio Latino, pero cuando regresó al país buscando oportunidades para cantar y ser grabado, tendría entre 17 y 18 años, recuerda Polidecto Correa.
El ex director artístico relata que en Costa Rica la Industria de Discos Centroamericana (INDICA S.A.) no quiso arriesgarse a grabar a Memo, porque las grabaciones en ese entonces eran caras y las empresas querían ir a lo seguro.
En Nicaragua, Memo Neyra participó en programas televisivos de Canal 6, luego estuvo con los Music Master hasta recalar en los Ramblers.
“Yo siempre supervisé sus temas. Él (Memo) me decía usted es mi papá. Tenía vocación. Era alegre, sencillo, tranquilo y muy respetuoso. Él se hizo en Nicaragua”, afirma Correa, quien agrega que el artista cantaba “un poquito como con la nariz”.
Los arreglos sencillos y la voz romántica de Neyra gustaron al público, considera Correa.
Antes de su regreso a Nicaragua, Memo Neyra había probado suerte en Costa Rica a través de un programa de televisión conocido como “Las estrellas se reúnen”, que dirigía el tico Santiago Ferrando, según informaciones de la prensa costarricense.
¿Dónde está mi money?
“Era un joven muy apuesto, lo seguían las mujeres”, recuerda Octavio Latino. “No dejó hijos, que yo sepa”, agrega.
Tan pronto terminaban los conciertos, Memo corría a pedir su pago, porque lo necesitaba ya que siempre había una dama para salir con él. ¿Dónde está mi money? era su frase favorita, recuerda Latino.
Era tan frecuente esa frase de ¿dónde está mi money? que los otros miembros del grupo comenzaron a llamarlo “Me money”.
Siempre que iba a comenzar un concierto, Memo era el último en subir a la tarima, porque casi siempre estaba conversando con mujeres. Entonces por los micrófonos lo llamaban diciendo “Me Money” se le necesita en la tarima, relata Latino Acuña.
El público, que escuchaba Memo Ney, le fue agregando el “ra” hasta que su nombre artístico quedó en “Memo Neyra”. Eso fue aquí en Nicaragua.
Un encuentro casual
Octavio Latino recuerda que frente adonde hoy es el Centro Comercial Metrocentro, un poco hacia el lago, quedaba el bar de un español conocido como Manolito.
Un día, por casualidad, Latino y Memo se encontraron donde Manolito. Allí, en medio de los tragos, los primos conversaban sobre la música, la pasión de ambos.
Latino le dijo a Memo que las canciones que él componía estaban a la disposición de él. “Lo que tengo es tuyo”, le expresó.
“A ver, tararareame una”, le replicó Memo. Y Latino comenzó a tararear Derrumbes, luego Estatua de mármol y por último Amor con amor se paga. A Memo le gustaron las tres y quería otra.
“No”, le dijo Latino “aprendete esas tres primero y después yo te doy otras. Si te las doy ahorita, te podés confundir”.
Latino recuerda que siempre andaba su cartapacio en donde llevaba consigo las letras de las canciones que componía, de manera que sacó la letra de Derrumbes y Manolito el español les prestó una guitarra.
Ahí nomás Memo Neyra interpretó por primera vez Derrumbes: “El día que te fuiste de mi lado, el mundo para mí se derrumbooó. El cielo con la tierra se juntaron y todo quedó negro en derredoooor. Sabía que ya tú no me querías, que tu alma ambicionaba un nuevo amooor…”
“Así nacieron esas canciones, que todavía son solicitadas y se mantienen en el aire”, dice Latino, quien recuerda que la voz de Memo “era preciosa”.
Según Latino, Memo se sentía nica. “Yo soy nica”, decía y a Nicaragua le llamaba “Mi pimpollo”.
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