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El bono demográfico y el origen del crecimiento económico

Durante los primeros 10,000 años de historia humana, tanto el crecimiento de la población como del ingreso per cápita fueron minúsculos. La población apenas crecía porque la elevada tasa de mortalidad contrarrestaba la alta tasa de natalidad. El ingreso per cápita era muy bajo y apenas crecía, porque cualquier crecimiento del producto era compensado por el crecimiento de la población.

Adolfo Acevedo Volg (*)

Durante los primeros 10,000 años de historia humana, tanto el crecimiento de la población como del ingreso per cápita fueron minúsculos. La población apenas crecía porque la elevada tasa de mortalidad contrarrestaba la alta tasa de natalidad. El ingreso per cápita era muy bajo y apenas crecía, porque cualquier crecimiento del producto era compensado por el crecimiento de la población.

Después de siglos de estancamiento, al iniciarse el proceso de industrialización y urbanización en los países hoy desarrollados en la segunda mitad del siglo XVIII y primera mitad del XIX se aceleró el crecimiento de la población debido al descenso de la mortalidad y el aumento de la longevidad de 30 años de expectativa de vida se pasó a 40 y a 50.

El crecimiento poblacional compensó en parte el crecimiento del producto que hizo posible el progreso tecnológico y el cambio estructural que representó el desplazamiento desde la agricultura hacia la industria, pero a pesar de ello, el ingreso per cápita comenzó a aumentar.

A finales del siglo XIX e inicios del XX se produce el descenso de la tasa de natalidad, debido a que el progreso tecnológico representó la necesitad de invertir en el capital humano de la población, y esto, en conjunto con el aumento de los ingresos reales, a la larga redujo la tasa de fecundidad. Esto condujo a la postre a un cambio en la estructura de edades de la población: se desaceleró el crecimiento de la población infantil, y comenzó a aumentar con fuerza el peso de la población en edad económicamente activa.

Al combinarse este crecimiento de la fuerza de trabajo con la segunda fase de la revolución industrial, el crecimiento económico se aceleró, y ello, en conjunto con la disminución del ritmo de crecimiento poblacional, significó el origen del crecimiento sostenido del ingreso per cápita. Se desplegó así el “bono demográfico” en los países desarrollados, y esta conjugación de factores económicos y sociodemográficos los llevó al nivel en que están hoy.

Posteriormente, en las últimas décadas del siglo XX el descenso de la tasa de fecundidad y el aumento de la longevidad llevarían a los países desarrollados a arribar a la fase de envejecimiento poblacional.

A la vez, en la segunda mitad del siglo XIX los países del Sudeste Asiático aprovecharon el bono demográfico al lograr asociarlo al proceso de industrialización y urbanización, y el concomitante cambio estructural desde la agricultura a la industria. China logró algo similar a finales del siglo XX y lo que va del XXI.

Actualmente se está produciendo un fenómeno inédito. Por una parte, los países desarrollados hace algunas décadas que arribaron a la fase del envejecimiento de sus poblaciones. Por otra parte, este proceso de envejecimiento, que en los países europeos tuvo una duración de aproximadamente un siglo, en el caso de América Latina y otras regiones en desarrollo el proceso de envejecimiento se está produciendo a un ritmo mucho más acelerado que el que caracterizó a los países desarrollados.

Esto significa que, a mediados de siglo, el mundo en desarrollo puede llegar al mismo estadio en el proceso de envejecimiento que los países desarrollados en la actualidad. Dado que su población está envejeciendo más rápidamente que en los países desarrollados, tendrán menos tiempo para adaptarse a las consecuencias de este fenómeno, además de que el proceso de envejecimiento se produce a niveles de desarrollo socioeconómico más bajos.

La especie humana nunca antes en su historia había enfrentado una situación en que las poblaciones de las diversas regiones del mundo llegaran a una fase en que todas estuvieran envejeciendo al mismo tiempo.

En Nicaragua no se debate de manera seria la gravedad de estos desafíos, ni la magnitud del esfuerzo requerido para afrontarlos.

En nuestro país el periodo del bono demográfico, del cual ya solo restan menos de tres décadas, no se ha correspondido con una fase de acelerada incorporación del progreso técnico y fuertes aumentos en la productividad. Por el contrario, el país continúa atrapado en un modelo de crecimiento de baja intensidad, basado en la explotación intensiva de los recursos relativamente más abundantes y baratos (fuerza de trabajo y recursos naturales.

Existen algunos polos rentables, incluyendo la comercialización de los productos de exportación, la minería, la generación eléctrica, el sector financiero, el gran turismo hotelero, y algunos más. Mientras, la mayor parte de la población, que se constituye en un enorme ejército de superpoblación relativa, de muy baja calificación, que sobrevive en actividades de bajísima productividad.

Cuando las personas en edad activa se incorporan al mercado laboral, lo hace un nivel promedio de calificación extremadamente bajo, y la economía genera, de manera predominante, empleos precarios e informales, de muy baja productividad. Este tipo de empleos proporciona a quienes los desempeñan una pobrísima remuneración, la cual suele colocar a sus perceptores bajo el umbral de la pobreza.

Aprovechar plenamente el bono demográfico, de manera de estar mejor preparados para la fase de envejecimiento poblacional, implicara por tanto un esfuerzo nacional de gran magnitud por cambiar estas características seculares del patrón de desarrollo de nuestro país. ¿Esta es la última oportunidad que tendremos, antes de convertirnos en un país envejecido y pobre?

(*)[email protected]

Economía bono demográfico crecimiento económico archivo

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COMENTARIOS

  1. libertador
    Hace 11 años

    Para paises con actitud y deseos de ser mejores eso resulta facil ya que en años pasados forjaron una juventud dispuesta a colaborar y a producir,sin embargo nuestro pais enfrentó la NOCHE OSCURA,que nos dejó cincuenta años de atrasos,pero a pesar de ello en la decada de los 90 hasta el 2005 nuestro pueblo sembró esperanzas que hoy recoge el Delincuente Presidente,en cambio este Delincuente sólo está explotando lo bueno que dejamos y está sembrando actitudes negativas que solo dejan pobr

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