El acertado y valiente mensaje de la Conferencia Episcopal refleja un amplio conocimiento y profundo análisis de la situación de nuestro país señalando además el camino a seguir, a la luz de los principios y valores cristianos. Para los obispos, toda mi admiración y apoyo y un llamado de acompañamiento y reflexión a quienes compartimos estos principios.
El mensaje es de tal importancia para el presente y futuro de Nicaragua que exige una exhaustiva reflexión en el seno de cada hogar, cada grupo, cada centro de trabajo, sindicato, centros de estudios, movimientos laicales y especialmente de los partidos políticos que han decidido participar en el proceso electoral municipal, dizque para conseguir cuotas de poder para defender los derechos del pueblo a sabiendas de que lo que obtendrán son cargos y salarios sin ningún poder lo cual ya está demostrado en la Asamblea Nacional donde la voz opositora no se escucha y aún más, se han plegado con sus votos a la voluntad omnímoda de Ortega en la aprobación de leyes que no benefician al pueblo nicaragüense.
En las próximas elecciones municipales el Consejo Electoral asignará a los llamados partidos de oposición participantes unas cuantas alcaldías con lo que intentarán legitimar el proceso, pero, después del análisis del mensaje de los obispos ¿todavía piensan que significará una cuota de poder?, ¿creen o fingen creer por conveniencia personal, en poder defender el voto?, ¿creen, que en esta situación con la calidad del gobierno habrá nicaragüenses de conciencia que vayamos a depositar el voto en unas urnas cuyos resultados ya están ordenados por el Consejo Supremo Electoral?
No confundamos las palabras de los obispos como una invitación a votar, que si bien ellos respetan la voluntad personal apelan a la conciencia de cada nicaragüense a la hora de tomar su decisión: “Quienes decidan ir a votar deben madurar su decisión reflexionando con seriedad delante de las distintas propuestas de los candidatos, elegir a quien consideren mejor y más adecuado para el bien común de su propio municipio y, finalmente, depositar su voto en la urna en secreto y sin dejarse coaccionar por ninguna persona o institución”.
Cabe señalar que hasta la fecha ningún candidato a alcalde ha propuesto en forma clara, estructurada y factible sus proyectos para el desarrollo local y únicamente fundamentan su candidatura en la popularidad de la bandera del partido que para está elección les cobija.
La carta va también dirigida a los sacerdotes, para que en su función de pastores y guías espirituales hagan eco a los conceptos del mensaje, promuevan su conocimiento y motiven a la reflexión.
A todos los cristianos nicaragüenses que siendo tantos en número y calidad debemos hacer sentir a los ilegales gobernantes que no estamos solos, que Dios nuestro Señor y su Santísima Madre están con nosotros y a través de nuestros pastores nos instan a “replantear el sistema político”.
“Creemos firmemente en la bondad y la capacidad del pueblo de Nicaragua para construir un presente más digno y un futuro más luminoso para todos. Como pastores les invitamos a liberarnos de la resignación, del indiferentismo y del conformismo y no dejarnos llevar nunca del odio y de la violencia. Podemos tener una patria mejor. No perdamos la esperanza ”. La autora es ama de casa.
Ver en la versión impresa las páginas: 10 A
