El reino de España celebra hoy el Día de la Hispanidad, que es su fiesta nacional, atrapado en una grave crisis económica, social, política, emocional e incluso de integridad nacional. Tan aguda es esta crisis, que no pocos observadores extranjeros y analistas españoles, se preguntan si acaso España estará empeñado en salir de la órbita del primer mundo y convertirse en uno o varios estados tercermundistas.
En España hay una “moribunda hispanidad”, se escribió recientemente en uno de los medios de comunicación digitales más importantes de ese país europeo, que trajo a América muchas desgracias en la época de la conquista y la colonización, pero también aportó los grandes valores culturales del mestizaje, el idioma, la literatura y una de las mejores religiones del mundo, como es el cristianismo.
Las penosas circunstancias que prevalecen actualmente en España, han ensombrecido también la celebración del Bicentenario de la Constitución de Cádiz, un trascendental documento jurídico y político que sentó las bases teóricas del Estado constitucional y difundió los principios de derecho, libertad y democracia que rigen ahora en los países de Iberoamérica, salvo aquellos que todavía son dominados por regímenes caudillistas autoritarios, como por ejemplo, Cuba, Venezuela y Nicaragua.
Para conmemorar el Bicentenario de la Constitución de Cadíz, se programó la celebración de la XX Cumbre Iberoamericana precisamente en la ciudad Cádiz, el 16 y 17 de noviembre próximo, bajo el lema: “Una relación renovada en el Bicentenario de la Constitución de Cádiz”. Y según dijera el presidente del Gobierno de España, Mariano Rajoy Brey, en esta Cumbre “debe resaltarse la nueva realidad de Iberoamérica”. Sin embargo, de hecho esto ha significado un debilitamiento de los principios democráticos en las relaciones políticas iberoamericanas, porque España, a pesar de que tiene ahora un gobierno de centro derecha, se está sometiendo a las condiciones excluyentes que imponen los gobiernos izquierdistas de Iberoamérica .
Nos referimos a que España no ha invitado a Paraguay a participar en la XX Cumbre Iberoamericana, cediendo a las presiones de los gobernantes populistas del Alba y sus aliados; los cuales no reconocen como legítimo al presidente democrático del Paraguay, Federico Franco, porque sustituyó al expresidente izquierdista Fernando Lugo, para terminar su período, después que el Congreso paraguayo lo destituyera por causa justa y mediante un limpio y escrupuloso procedimiento constitucional.
“Es ciertamente lamentable que el gobierno de un país al que todos creemos serio, como España, se preste a seguir la cínica estrategia de sistemática persecución a los paraguayos y sus legítimos representantes, que la secta bolivariano-marxista ha emprendido desde el pasado mes de junio. No lo esperábamos de quien durante siglos se ufanó de ser nuestra Madre Patria. Se está comportando como una malvada madrastra”, dijo al respecto el diario ABC Color del Paraguay en un vibrante editorial.
Compartimos ese sentimiento de los demócratas paraguayos, pero aún así, en este Día de la Hispanidad hacemos votos por la pronta recuperación económica de España, para que conserve y fortalezca su integridad nacional, y para que recupere el liderazgo democrático que había merecido ejercer en los últimos tiempos.
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