Bloomberg News
La abundancia global de azúcar se extiende un tercer año, el período más prolongado en más de una década, en tanto Brasil y Australia aumentan la producción y las importaciones se contraen al nivel más bajo desde 2008. Esto pone en riesgo la estabilidad del precio internacional de ese producto.
2.3 % crecerá la producción, a un récord de 177.4 millones de toneladas esta temporada conforme la demanda aumenta 1.9 por ciento, a 171.5 millones de toneladas, según la Organización Internacional del Azúcar (ISO).
19 % creció la producción en los últimos cuatro años, mientras que el consumo lo hizo 6 por ciento.
3.7 % aumentará la oferta, comprendidos inventarios, a un récord de 240.6 millones de toneladas, en tanto las importaciones se contraen 6.5 por ciento, dice la ISO.
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La producción superará la demanda por 5.9 millones de toneladas en el año que comenzó el 1 de octubre, más de lo que consumen los Estados Unidos en seis meses, estima la Organización Internacional del Azúcar (ISO) por sus siglas en inglés, que integran más de 80 países.
El mayor productor, Brasil, producirá 38.1 millones de toneladas esta temporada, un 11 por ciento más que un año antes.
La oferta global, incluyendo los inventarios, será la mayor de la historia, dice la ISO, que tiene sede en Londres. “Es probable que el excedente crezca”, dijo Jonathan Kingsman, el máximo responsable ejecutivo de la compañía de análisis Kingsman SA, con sede en Lausana, Suiza, que negocia azúcar desde hace más de tres décadas. “Habrá que almacenar azúcar por falta de demanda, por lo cual estimamos que los precios seguirán bajo presión”, recalcó.
PRECIOS A LA BAJA
Los futuros de azúcar sin refinar que se negocian en Nueva York podrían caer diez por ciento, a 18 centavos de dólar la libra, para fin de año, según la mediana de 15 estimaciones de operadores y analistas que recopiló Bloomberg.
Los futuros cayeron 44 por ciento luego de alcanzar el nivel más alto de que se tenga registro, 36.08 centavos de dólar, en febrero de 2011 conforme los agricultores desde Rusia hasta Tailandia extendían los cultivos.
La declinación modera los precios globales de los alimentos, que según las Naciones Unidas aumentaron 7.7 por ciento en los últimos tres meses en tanto la sequía y olas de calor afectaban el trigo, el maíz y la soja en los Estados Unidos y Europa.