El golfista estadounidense Tiger Woods aseguró que la “cultura del honor” que caracteriza a su deporte limita los escándalos de dopaje como el que ha sacudido al ciclismo con Lance Armstrong, desposeído el lunes de sus siete Tours de Francia. El golf “es un deporte en el que (los jugadores) sabemos admitir los errores. Si la bola acaba entre los árboles, nos culpamos a nosotros mismos”, declaró. Woods, que participa en un torneo en Malasia, defendió los controles sanguíneos en el golf. “Implantamos los controles hace unos tres años. Por ahora son solo muestras de orina”, dijo.
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