En estos días Marina Cárdenas, la “Gordita de Oro”, está afónica. En su casa, de la que sale apenas una o dos veces a la semana, espera a que vuelva su voz para poder grabar un nuevo disco. Y habla bajito, casi susurrando, acerca de sus dos matrimonios frustrados, su gusto por las ranitas, sus recuerdos y sus tristezas.
:::¿Cómo la ha tratado el amor?
Muy mal… No me supieron querer. Yo soy puro amor, por eso abusaron.
:::¿Qué es el amor para usted?
Es como tocarle la cara a Dios.
:::¿Le da miedo la muerte?
Morir es como nacer. Nacer es una tristeza y morir es una alegría (ríe).
:::¿Entonces qué le da miedo?
Manejar (carro). Dejé de hacerlo en el 79, cuando tuve un accidente. ¡Había un palo de coco y no se quitó! (ríe).
:::¿El momento más feliz de su vida?
Todos los que viví con mi mamá. Era una señora linda.
:::¿Y el más triste?
(Se le quiebra la voz) Cuando mi madre murió. Fue hace diez años, pero todos los días la lloro.
:::¿Colecciona algo?
Me gusta coleccionar de todo. Pero más ranitas. Las agarraba cuando estaban de guarasapitos. Mi mamá me decía: ¡Cochina!
:::¿Su primer recuerdo?
Desde que estaba gateando. Me cruzaban a la casa de mi papá Lupe y la mamá Tula. Yo de todo me acuerdo.
:::¿Cuándo fue la última vez que le pegó a alguien?
En el 86. A mi marido.
:::¿Se lo merecía?
¡Ah, claro! Quien maltrata a una mujer, merece cualquier cosa. Y si es la mujer la que maltrata, también.
:::¿Se arrepiente de algo?
De mis dos matrimonios.
:::Dicen por ahí que tiene la mejor voz femenina de Nicaragua…
¡Así dicen! Pero dice papito en la Biblia: “Nunca te alabes, deja que te alaben”.
:::¿Siempre ha sido gordita?
Desde que salí del vientre de mi madre. Y desde tierna he sido enojada.
:::¿Le gusta el vino?
No es que tenga boca de santo, pero a mí nunca nadie me ha visto borracha.
:::¿Qué ha sido la música en su vida?
Algo lindo e importante… Al que no le gusta la música, está muerto.
Ver en la versión impresa las paginas: 24