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Leopoldo Villalta López

Cartas al Director

El que dude que no vote

Soy un creyente que el mejor sistema para elegir las autoridades de un país es a través de elecciones democráticas, por eso en los últimos 15 años he votado en todas las elecciones nacionales y municipales que se han realizado en Nicaragua.

Sin embargo desde las elecciones municipales del 2008 he ido perdiendo fe, no en la democracia sino en las autoridades, en el sistema electoral imperante en el país. Creo que todos los que seguimos las elecciones sabemos el robo descarado que ocurrió ese año; simplemente cambiaron las cifras de al menos cuarenta municipios. Para las regionales del 2010 y nacionales del 2011 lo que prevaleció fueron las trampas y el juego sucio del sandinismo con la complicidad del organismo rector de las elecciones. Para las municipales de este año las condiciones en que se desarrollarán serán más o menos las mismas; siempre plagadas de anomalías. La gente votando a ciegas porque no hay fotos ni nombres en las boletas; candidatos a concejales fallecidos o que están fuera del país u otros tantos que les han usurpado sus nombres para ponerlos de candidatos. Y lo peor, los micropartidos, que deberían estar fuera de las elecciones por no tener los simpatizantes necesarios para participar, están actuando como satélites del orteguismo para dar la apariencia de normalidad, para aparentar pluralidad política.

Bajo esas circunstancias ir a votar es hacerse cómplice del orteguismo. Estas elecciones no están diseñadas para mejorar los municipios sino para profundizar el totalitarismo de la familia Ortega, para eternizarse en el poder. Por eso he tomado la decisión personal de no votar en estas elecciones y las subsiguientes a menos que el sistema electoral y sus autoridades sean cambiados.

Igual que yo sé que hay mucha gente frustrada, desencantada con estas elecciones y quiero aprovechar la ocasión para decirles a todas esas personas que antes de depositar su voto se pregunten, ¿vale mi voto? ¿me lo respetarán? ¿lo contarán? ¿va a servir de algo? o solo servirá para mantener el statu quo orteguista.

Si usted duda no vote, no vaya ser que después se arrepienta y sea demasiado tarde y Ortega se haya proclamado presidente vitalicio de este paisito.

Votar por una nueva Nicaragua

Para las insólitas elecciones municipales del próximo 4 de noviembre solo cabe un nombre: derrota sandinista. Todo está montado para “una victoria rotunda del orteguismo”, hay que reconocer que por vergüenza algunos orteguistas trataron que el fraude no fuera tan evidente, pero como asegura el cardenal Obando, la culebra por su misma naturaleza siempre muerde. Fue imposible parar el fraude, ya se tenía montado todo y una gran experiencia de los tres fraudes anteriores, esto ya superó a la fábula “Rebelión en la granja” y rápidamente se acerca al libro “Fauna encantada”.

Este Estado fallido propiedad del binomio Ortega-Murillo ya apartó de su círculo a los últimos sandinistas, desde que terminó la revolución en 1990 venían desapareciendo, incluido el pensamiento de Carlos Fonseca. “Es aceptable muchos métodos en la lucha revolucionaria pero nunca será aceptable prestarse a un fraude electoral”. En el parque Central de Matagalpa pusieron a Tomás Borge (q.e.p.d.) junto a Carlos para que le dijera: “Hagamos cualquier cosa, no importa, digan lo que digan, mantengamos el poder a cualquier costo”. Así se hizo y hoy vemos muchos candidatos a alcaldes con grandes acusaciones que la Contraloría tiene que tapar y la Policía y el Ministerio Público hacerse de la vista gorda.

Los valientes ciudadanos asistirán a votar, los heroicos fiscales defenderán su voto, los nobles y sumisos empleados públicos que los han enlodado y llenado de vergüenza con tantas y tantas humillaciones de forma vulgar han sido preparados para robarse los votos, ese día tienen la gran oportunidad de decirle basta ya a la dictadura y decirle sí a la nueva Nicaragua, no corren peligro de perder sus puestos de trabajo, corren con la esperanza de convertirse en los nuevos héroes que tanto necesita la patria.

Farsa electoral

No cumplía aun mis 10 años, cuando vivía en el barrio Santa Rosa en Managua, en donde pasé toda la guerra del setenta y nueve, viendo muertos por cientos, ya que ese fue uno de los barrios de Managua más calientes durante la guerra. Se hacía algún intento de identificar para notificar a los familiares, sino solo los quemaban ya fuera guardia o sandinista. Aquel olor impenetrable a carne humana quemándose nunca lo olvidaré.

Después, mientras alcanzaba mi adolescencia, miré muchos de los muchachos de mi barrio llegar en ataúdes sellados por los sandinistas, si acaso contenían trozos o pedazos de cuerpo, si no iban llenos de piedras y palos. Después me uní al Ejército de la Resistencia Nicaragüense y presencié muchas vidas finalizadas por la continuación de la guerra. Fui testigo de muchos muertos tanto Contras como del Servicio Militar Obligatorio, ya que las balas no preguntan afiliación partidaria ni ideológica. Gracias a Dios que me ha dado la salud y el control mental, si no ya estuviera loco con solo recordar algunas de las imágenes grabadas en mi mente desde muy temprana edad.

Por esos muertos, guardias o sandinistas, Contras o del Servicio Militar Obligatorio, que ahora fecundan la tierra de nuestra patria, por la sangre de Sandino o la de Somoza, por la sangre de Enrique Bermúdez o la de Rigoberto López Pérez, por cualquiera de esos 50,000 muertos, les pido que por respeto a esa sangre derramada en nuestra patria, que no voten en las elecciones venideras, no salgan a participar de esa burla a la Constitución, no contribuyan a la farsa que pisotea la sangre de nuestros hermanos caídos de todos los bandos, partidos e ideologías.

También les pido a mis familiares y mis amigos, a los que me conocen y a los que nunca me han conocido, que les digan a su familia, amigos, vecinos, colegas de trabajo… que no voten en las elecciones del próximo domingo 4 de noviembre. No se burlen de la sangre de aquellos que ofrendaron su vida sin importar el bando, de aquellos que en su último suspiro pensaron en que íbamos a gozar de los privilegios democráticos por los cuales ellos sacrificaron sus vidas. No ofendas a esos que entregaron su vida por la patria, no olvidemos a aquellos que derramaron su sangre para fertilizar la democracia en Nicaragua. No pisoteemos ni mancillemos esta gran tumba de patriotas que llamamos Nicaragua.

No hay que votar en la farsa electoral.

La revolución pasó a la historia

Revolución es el cambio brusco y violento de un régimen político que conlleva un cambio total y radical en la estructura social de un Estado. La revolución nicaragüense del 19 de julio de 1979 fue necesaria para terminar con la dictadura dinástica (familiar) somocista; pudo ser una revolución modelo para el mundo, de tránsito de una dictadura a una democracia, lamentablemente la Dirección Nacional del FSLN centralizó el poder absoluto y convirtió el remedio en una enfermedad peor.

Las revoluciones terminan cuando, de la revoluta o autoridad de hecho, se pasa a un gobierno constituido a través de un procedimiento legal.

En 1984 en Nicaragua se realizaron elecciones generales, las cuales “ganó” el FSLN, y con la toma de posesión del señor Daniel Ortega como presidente de Nicaragua, la revolución se terminó y se pasó al establecimiento de un gobierno constituido legalmente.

Seguir hablando de revolución a esta fecha es haberse quedado anclado e inmovilizado en el pasado. La revolución fue un acontecimiento que ya pasó a la historia.

COMENTARIOS

  1. Niña Víctima de los Ochenta
    Hace 11 años

    Armodio Antonio Mendieta Sánchez, Leopoldo Villalta López, Lorenzo Henry Montoya D, tengan la plena seguridad de que la mayor parte de la ciudadanía no saldrá a votar, y yo me sumo y me niego a participar del circo del 4 de noviembre también porque habemos todavía muchos que tenemos DIGNIDAD y AMOR por Nicaragua.
    Para mi, la lucha cívica hace tiempo expiró en Nicaragua ¿será necesaria otra revolución?

  2. Carlos
    Hace 11 años

    Yo si voy a votar. Y voy a votar en la 2!

  3. Pink Floy
    Hace 11 años

    Estoy de acuerdo con lo que escribio FARSA ELECTORAL, yo tambien fui oriundo del barrio santa rosa (cuando andube clandestino en el FDN) despues que se nos robaron la casa donde posabamos en Bello horizonte (de mi tia), me gusta que hacés una fuerte aseverancia de protagonistas de las guerras civiles de Nicaragua, La G.N (fuerzas del orden anticomunista), los chapuzeros guerrilleros y sus ideas de cambio, Despues el tenebroso eps, su dgse y el SMO, contra un puñado de patriotas,FDN, para nada?

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