Por: César Ubeda y Tania Sirias
Unas 3,741,000 personas de acuerdo con datos oficiales del Consejo Supremo Electoral se aprestan a participar en las elecciones municipales para elegir a alcaldes, vicealcaldes y concejales para un total de 6,382 cargos en 153 municipios para un período de cuatro años.
De acuerdo con diversos sectores de la vida nacional este es un proceso electoral atípico y con distintas irregularidades: magistrados de facto del poder electoral; no se tomaron en consideración las observaciones en materia electoral de la Unión Europea y la Organización de Estados Americanos; no hay condiciones mínimas para asegurar la transparencia y que los votos sean contados como corresponde a la voluntad soberana; denuncias de la oposición de la falta de entrega de credenciales de parte del CSE en algunos departamentos del país.
La polémica figura del coordinador del Centro de Votaciones, que no está en la Ley Electoral, el nombramiento de directores administrativos sandinistas que les impusieron a los presidentes liberales de los Centros Electorales Municipales y Departamentales, son entre otras irregularidades que le restan confianza y credibilidad al proceso electoral.
ASIGNACIÓN DE ALCALDÍAS
Para Dora María Téllez, Nicaragua no asiste a una fiesta cívica donde el voto decidirá quiénes serán las futuras autoridades edilicias, sino que estamos en presencia de una asignación de alcaldías.
[/doap_box]
“Lo que vemos es un fraude anunciado, ya que el Frente Sandinista podría ir por más de 135 alcaldías. Es por eso que nosotros no estamos pidiendo a la gente que vote, sino que estamos diciendo que nosotros no vamos a votar. El que lo haga y el que no lo haga, tomará esa decisión a conciencia y se le tiene que respetar”, dijo Téllez.
RESPETAR DECISIÓN DE VOTAR Y DE NO VOTAR
No obstante, según el analista político Carlos Tünnermann, se debe respetar el derecho a las personas que van a ejercer el derecho al voto, como los que decidan no hacerlo.
“Respeto profundamente a las personas que decidieron ejercer su derecho al voto. El Movimiento por Nicaragua y yo personalmente considero que se debe hacer un llamado a los ciudadanos que tomen la decisión de votar, que apelen a su conciencia, que se informen sobre las anomalías del último momento, como las candidaturas de personas fallecidas, así como de personas que están fuera del país y que no fueron consultadas; sobre los candidatos sin rostros en las boletas y que tampoco van los nombres de los candidatos a concejales. Después de tomar en cuenta todo esto, que decidan si van a votar”, expresó Tünnermann.
YA SE REPARTIERON
“Ellos ya determinaron cuáles son las municipalidades que le corresponden al orteguismo y cuánto le van a dejar a los partidos que participaron. Esto no es una elección, es una mascarada para auxiliarse en la decisión que ya tomó Daniel Ortega”, dijo Téllez.
Opinó que desgraciadamente, “votar o no votar es el dilema” que se están planteando los nicaragüenses. Afirmó que ese dilema no existiría, de no haberse cometido “dos gigantescos fraudes electorales, en 2008 y en 2011. No habría duda en ir a votar, si el sistema electoral fuese independiente y honesto, si las elecciones fuesen transparentes y limpias, si la competencia fuese justa”, sostuvo Téllez.
UN FRAUDE MÁS LIMPIO
“Ahora, seguramente, se robarán las elecciones en el lugar más oculto, en el disco duro de las computadoras ya designadas, las que ya tienen los datos de cuántos votantes llegarán y qué resultados se obtendrán municipio por municipio, para tratar de evitar el relajo de los fraudes anteriores. Ahora quieren uno más limpio, como el acto del carterista hábil que nos saca la cartera de la bolsa sin darnos cuenta”, afirmó Téllez.
Asimismo, hizo un llamado a que la sociedad se una y se organice “para desterrar la concentración de poder, el fraude, la corrupción y la impunidad rampante en las instituciones nicaragüenses”.
DOS PRIORIDADES INMEDIATAS POSTELECTORALES
Para Tünnerman, pasadas las elecciones las dos prioridades inmediatas deben ser: recuperar la credibilidad del Consejo Supremo Electoral y la unidad de todos los sectores de la vida nacional para restaurar la institucionalidad.
“Es un reclamo nacional de todo el pueblo. ¡Basta ya! No más elecciones con un Consejo Supremo Electoral que no da garantía de transparencia y que se respete el voto. El ciudadano no puede seguir en la disyuntiva si será válido o no su voto. Esto es trágico. El primer derecho a restituir por el pueblo de Nicaragua es que se respete el voto y que tengamos árbitros electorales creíbles y honestos”, consideró Tünnermann.
Según el analista político, no basta con la elección de nuevos magistrados del CSE, sino que debe darse una renovación integral de todo el aparato electoral.
“La segunda prioridad es el llamamiento a la unidad, sin guardar rencores sobre los que decidieron ejercer su derecho al voto, como los que decidan lo contrario”.
De acuerdo con Tünnerman, representantes de la sociedad civil, partidos políticos, empresarios, sindicatos, entre otros, deben unirse con el fin de restaurar la institucionalidad del país que se ha perdido.
“Las personas deben entender que debemos restaurar la institucionalidad democrática para combatir efectivamente la pobreza estructural. De lo contrario seguiremos estancados en materia de pobreza y desempleo”, advirtió.
Ver en la versión impresa las páginas: 5 A