Anomalías en las municipales
Hice uso de mi voto en esta pasada contienda municipal aún teniendo en cuenta que habían anomalías. Hay dos puntos que quiero recalcar, de la zona donde resido, que a mi juicio son bien interesantes. El primero tiene que ver con una frase famosa sabida por muchos: “Carlos Fonseca es de los muertos que nunca mueren”. Mi sorpresa fue haberme encontrado a dos de mis familiares fallecidos hace un par de años, que se unieron al legendario héroe, debido a que aparecían todavía en el padrón electoral, por el cual no es nada raro que también hayan votado.
Lo segundo es que hayan venido a mi hogar a buscar a mi esposa sin ser una minusválida ni anciana, en un vehículo de lujo, para que fuera a votar a cuatro cuadras de distancia. Al parecer cuando se trata de ganar votos se hace lo imposible, no es nada extraño que en elecciones posteriores un día se aparezca un avión o una limusina a mi hogar sin saber de dónde proviene el pago del chofer, gasolina y viáticos incluidos.
Alexander Carvajal
Insólitas elecciones
La falta de ánimo de la población a votar ya se esperaba, pero superó mis cálculos. La principal causa es los tres fraudes anteriores realizados por el Consejo Electoral de Roberto Rivas, con el visto bueno del dictador Daniel Ortega. Se perdió la confianza. Lo único novedoso en todas las Juntas Receptoras de Votos fueron los fiscales de los partidos zancudos ALN, Apre y PC, puestos por el orteguismo, que fueron desleales al gafete de identificación que portaban, porque no votaron por ese partido.
Los observadores del presidente del Consejo Nacional de Universidades, Telémaco Talavera, jóvenes universitarios apañadores del fraude, tenían que aparentar seriedad en su trabajo porque estaba en riesgo la beca y un pequeño porcentaje del seis por ciento de las universidades, igual pasó con los acompañantes de la OEA, todo lo vieron normal porque ni siquiera vieron gente votando.
No se habían cerrado las mesas de votación y el orteguismo ya celebraba su “triunfo” con las caravanas de vehículos estatales y por supuesto los sufridos empleados públicos llevados a la fuerza. Lo que ellos sin darse cuenta celebran en el fin de un modelo democrático que hubiera sacado a este país de la lista de los países más pobres y corruptos de América. Dios Salve a Nicaragua.
Leopoldo Villalta López, Matagalpa.
La Iglesia católica y el derecho internacional
Respecto a la controversia de que si la Iglesia debe orientar a sus feligreses en todos los aspectos de su vida integral, quiero decir en primer lugar, que algunos piensan que todos somos ignorantes, pero en realidad existen sabios que aunque no lo saben todo, de todo saben. Estos son los que pueden ser llamados maestros y son dignos de enseñar.
Algunos afirman que en ciertas áreas la Iglesia no debe opinar, como en la política de Estado. Sin embargo, y si no que me desmientan los sabios del derecho internacional, el Vaticano es un Estado y sus embajadores en cada país son los sacerdotes, pero en especial la jerarquía y el órgano que los colegia y hace oficiales sus declaraciones como es la Conferencia Episcopal, de la misma manera que las declaraciones de un embajador deben corresponderse con la posición oficial de la nación que representa. Dicho de otra manera, más fácil de entender, una Carta Pastoral firmada por la Conferencia Episcopal expresa la posición oficial del Vaticano, o sea de la figura institucional que la representa como es el santo papa, que por supuesto está enterado del acontecer en la nuestra y en todas las naciones.
Lo que en realidad le molesta a los seguidores de Ortega, es que las recientes votaciones demuestran que siguen siendo la minoría (60 por ciento de abstención), no es que el Vaticano oriente a los feligreses en el área política, como debe hacerlo en todas las áreas, sino que descubra y denuncie todas las violaciones a las leyes que comete este Gobierno y sus cómplices y la mejor prueba de esto es que no muestran ni la más mínima preocupación por las intervenciones del cardenal Obando en los actos orteguistas, ni que Ortega y doña Chayo se tomen fotos con el cardenal para usarlas en su campaña política permanente.
Moisés Ruiz Romero
Zancudos modernos
Por este medio quiero felicitar al señor Hugo Ramón García por su carta publicada el pasado 15 de octubre del año en curso titulada Los verdaderos culpables, por su sabia apreciación acerca del liberalismo actual y sus protagonistas, y su reconocimiento a aquellos liberales que en el pasado le dijeron “basta ya” a Somoza; de quienes solo nos ha quedado el recuerdo y la admiración que aún sentimos por ellos, porque fueron hombres de una amplia visión democrática y supieron enfrentar a la dictadura y representar al pueblo con verticalidad y sin “guatusas”, como lo hacen los de ahora, que se han convertido en los “zancudos” modernos prestándose al juego del nuevo dictador.
Fui testigo de la lucha de aquellos liberales en contra de Somoza; de los tantos liberales que fueron a parar a la cárcel por oponerse al afán reeleccionista de “Tacho”, y que fueron expulsados de su propio partido por defender el Estado de Derecho; la alternabilidad en el poder, la independencia de los poderes del Estado y la libertad de prensa.
Mi padre fue uno de esos liberales y luchó hasta el último día de su vida por una Nicaragua en justicia y libertad, al igual que otros grandes hombres de todas las tendencias políticas, que entregaron lo mejor de sí mismos para darle al pueblo la oportunidad de elegir libremente a sus gobernantes; fue uno de los propulsores de UDEL, junto al doctor Pedro Joaquín Chamorro Cardenal, en los más duros días de la censura de prensa y la ley marcial. Sin duda, todos ellos ya tienen escrita una página en la historia de nuestra patria y habrá de servir de inspiración a otras generaciones, que seguirán su ejemplo, para que Nicaragua no repita la triste historia del pasado somocista.
Álvaro Quintanilla Martínez
Contaminación acústica en Jinotega
Si alguien lee una descripción de la ciudad de Jinotega, seguro le llamará la atención saber que se encuentra a una altura donde predomina el clima fresco y que está rodeada de montañas. Vegetación y aire fresco siempre se asocian con tranquilidad pero en Jinotega no es así. Durante el día los conductores de buses y camiones hacen gala de los más estridentes pitos de aire que se encuentran, los motociclistas pululan por la ciudad con ruidosos escapes modificados y por las noches algunos negociantes de alcohol le amenizarán muchas horas de desvelo con toda clase de ruidos que se escuchan a decenas de metros del lugar donde se ubican estos antros.
Ante todo esto las personas se preguntan ¿qué hace la Policía Nacional? La respuesta es simple: Nada.
Personalmente tengo la mala suerte de que en nuestro vecindario abrieron hace unos años un “restaurante” que en realidad es una cantina donde venden licor y violan la ley ambiental en lo concerniente a la contaminación por ruidos sin que la Policía, Alcaldía o cualquier otra institución haga algo al respecto. Los afectados de toda la ciudad continuamente denuncian los hechos ante la Policía pero no reciben ninguna respuesta. En el caso de mi vecindario las denuncias las hacemos desde el año 2009, razón que motivó al entonces jefe de la Policía en Jinotega, comisionado mayor Luis Alberto Pérez Olivas a emitir la resolución 0043-09, decretando el cierre definitivo del mal llamado restaurante, pero la palabra definitivo tiene otro significado en el lenguaje policial, o la Policía tiene alguna razón para beneficiar a los cantineros en perjuicio de la ciudadanía. Ojalá y alguien de la Jefatura Nacional de la Policía pueda ayudar al pueblo de Jinotega para librarse de tanto ruido, ya que la delegación departamental al parecer es sorda.
Walter F. Pineda Úbeda
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
