Arnulfo Agüero
“Así te quería puñetero, asesino, cantando en el baño”, dijo y vació el tambor de su revólver…”. Estas frases propias de vendettas —cuenta Absalón Pastora en su libro— las pronunció su tío Bayardo Pastora al ultimar a uno de los últimos sicarios que acabó con la vida de Pedro Pánfilo Pastora, padre también del comandante Edén Pastora.
Asimismo agrega que con el que más vivió Rosa fue con Juan Bruno Soriano. En otras páginas, Joaquín cuenta que el poeta nunca demostró su lado oscuro con relación a su paternidad, este renegó de su “padre”, Manuel García, con quien no hubo lazos afectivos que los uniera en una relación estable, de respeto y cariño.
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Ha publicado: Sueño en Sol , 1969; Al otro lado del planeta , 1990; Camilo Zapata: vida y canto , 2003. Memorias de Luis Raúl Cerna , 2004; Medio siglo de radio, 2006; Crónica íntima de un secuestro , 2009. Encuentro con los clásicos, 2010; Por dos caminos , 2012.
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Otros de los episodios que escandalizó y acarreó una oleada de chismes en la vida pacífica de Metapa y que todavía sigue creando incógnitas es el origen de la paternidad del aedo Rubén Darío, el mayor icono literario del modernismo, nacido en esa villa pastoril, un 18 de enero de 1867.
Según narra el escritor, su tío fue asesinado un 14 de julio de 1944 por órdenes del general somocista Camilo González, por conflictos de litigios de tierra. Es a partir de este año que labra la memoria del Partido Liberal Independiente (PLI), del cual se declara un ferviente militante.
Recoge momentos históricos de personajes como Enoc Aguado, Enrique Lacayo Farfán, Dagoberto Zeledón, Luis Ortega Sánchez, entre otros. Un repaso de las convenciones. Esta historia política y personal de Joaquín se prolonga hasta nuestros días.
TRAS LA PISTA DEL PADRE
El tema que lo apasiona es descubrir la paternidad de Darío del cual dice posiblemente existen lazos sanguíneos que provienen de su familia. Su abuelo Félix Pedro Pastora le contaba que Rubén Darío estaba “emparentado con los Pastora, porque el bardo descendía de un sacerdote”.
Su nombre era Felipe Gurdián Pastora, abogado, médico y poeta, encargado en León de la Pastoral de las Hijas de María, y “un travieso en lo sexual”, describe en sus páginas. Y Rosa Sarmiento, madre de Darío, fue de este grupo mariano, cuando todavía era una niña de 11 años.
Por las inclinaciones a las mujeres el cura fue sancionado por sus superiores en León, siendo enviado a Metapa. Se dice que el religioso engendró a tres hijos, un jurista, el doctor Vicente Pérez; un economista, Juan de Dios Pastora, y Rubén Darío.
Fue en estos días que Rosa Sarmiento viajó a Metapa donde se encontraba el cura mujeriego. Iba embarazada, pero antes se había casado forzadamente con Manuel García, un alcohólico de 44 años, para tapar el escándalo. Este frío y fugaz personaje, nunca fue reconocido por Darío como su “padre”, escribe Absalón en su libro.
Relatos orales pasados de voz en voz dicen que el atormentado padre Gurdián Pastora supo a medianoche que Rosa estaba embarazada e iba camino a Metapa; ella fue asistida por Agatona Ruiz su bisabuela, quien buscó a la partera Cornelia Mendoza que la atendió, un enero 18 de 1867, día que nació Darío.
Para el escritor, esta historia de la paternidad novelada de Darío, lo llevó a buscar información con el obispo Isidro Augusto Oviedo, quien le dijo que en los registros no consta la existencia del cura, un adúltero del voto de castidad.
Buscando pistas llegó donde el obispo Leopoldo Brenes, este le confirmó la existencia del sacerdote, pero dijo que necesitaba confirmar datos. “Sí tengo conocimiento de que este padre estuvo aquí y en otras jurisdicciones”.
“Conozco anécdotas suyas, aunque debo verificar su paso por aquí, en los archivos y actas parroquiales”, le comentó Brenes.
Por su parte el historiador Eddy Kühl, va más lejos: Este sacerdote, y consta en acta, casó a una niña de 12 años, llamada Vicenta López, con Felipe Blandón, un joven que andaba en los 25 años, refiere el texto.
Monseñor Marco Antonio García es otro que afirma que abundaban razones que Manuel García no es el padre de Darío. “No cabe duda que la línea a quien más se parecía era al padre Felipe Gurdián”, externa.
OTRAS VERSIONES
Otros escritores se han ocupado de estas historias, como José Jirón Terán y Adolfo Calero Orozco, también la autobiografía del poeta presenta datos de su nacimiento, y de su escasa vinculación con su padre biográfico Manuel García, a este siempre le dijo “tío Manuel”.
Con relación si tiene o no parentesco con Darío y para evitar suspicacias, Absalón aclara en lo personal no puede confirmar ni negar nada de estas versiones originadas en las fuentes de sus coetáneos, lo cierto, reflexiona, es darnos cuenta que el origen de la paternidad de Darío fue trágico.
Quizás un estudio de ADN revelaría el nombre del padre biológico. Mientras tanto Manuel García sigue siendo su padre legal.
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