LA HABANA/AFP/AP/EFE
“Si funciona (la medida), le va a cambiar sustancialmente el tono a las negociaciones, le va a dar credibilidad” y se convertirá “en un mecanismo de presión al gobierno para que se quede en la mesa”, según Borda.
Alfredo Rangel, de Fundación Seguridad y Democracia, cree que el cese está limitado “exclusivamente a cesar las operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública es decir, que se reserva las FARC la posibilidad de seguir… extorsionando a la sociedad civil”.
El analista Adam Isacson, de la Oficina de Washington para América Latina (Wola, por sus siglas en inglés), considera que la medida “sin duda, ejerce presión política sobre el gobierno de Santos”.
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“El secretariado (de las FARC) ordena a las unidades guerrilleras en toda la geografía nacional el cese de toda clase de operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública y los actos de sabotaje contra la infraestructura pública y privada”, anunció ayer Iván Márquez, segundo jefe de la guerrilla, al leer un comunicado a la prensa antes de iniciar el diálogo con el gobierno de Colombia en La Habana.
Varias horas después, el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, respondió diciendo que el Ejército mantendría sus operaciones contra las FARC durante las pláticas de paz, tal como lo había declarado el presidente Juan Manuel Santos.
“Esa es la postura muy clara que corresponde a la Fuerza Pública, seguir trabajando con toda decisión para perseguir a esos individuos que han violado todo tipo de códigos, de normas y han atentado contra la vida y la honra de los colombianos”, recalcó Pinzón en rueda de prensa.
El politólogo colombiano Fernando Giraldo, manifestó que “con la declaratoria de la tregua, las FARC están buscando cierto protagonismo político y colocan en una posición incómoda al gobierno. Envían un mensaje de que quieren la paz aunque no haya un cese el fuego bilateral”.
“Las FARC no quieren un proceso de paz que pase en silencio. Esa decisión es riesgosa. Plantea un problema a partir del momento en que se produzca el primer hecho de confrontación militar, porque si se ataca a la guerrilla se supone que esta tiene el legítimo derecho a defenderse y comenzará entonces una discusión sobre quién comenzó”, agregó el profesor de la Universidad Javeriana de Bogotá.
“La tregua obedece al clamor de la sociedad colombiana de avanzar en… un proceso que realmente le vaya dando al pueblo colombiano resultados”, indicó Luis Sanabria, director de la Red de Iniciativas por la Paz y contra la Guerra (Redepaz).
Márquez afirmó que esta medida unilateral de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia “es una contribución decidida a fortalecer el clima de entendimiento necesario para que las partes que inician el diálogo alcancen el propósito deseado por todos los colombianos”.
La decisión de las FARC fue saludada por el movimiento civil Colombianos y Colombianas por la Paz, que lidera la exsenadora Piedad Córdoba, quien había propuesto públicamente a ambas partes que decretaran la tregua.
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