Las estrellas aparecen en la soledad de la noche,
en la soledad del Universo donde hay cien mil millones de galaxias
y cada una de esas galaxias tiene mil millones de estrellas
y hay cien trillones de estrellas en el Universo
y hay ochocientos trillones de planetas en el Universo
y hay 53 trillones de planetas con vida en el Universo,
en la soledad de la noche,
y la Tierra es un grano de arena en el océano del Universo
y Nicaragua es un grano de arena en el océano de la Tierra
y Granada es un grano de arena en el océano de Nicaragua
y mi vida es un grano de arena en el océano de Granada.
Y yo me salgo en la noche a ver cuándo aparecen
las estrellas en la tristeza y en la soledad de mi alma.
TORMENTA SOLAR
Excaven profundo en el paisaje,
busquen a mi amada Gorgosaurus Libratur, la dulce y menos cruel.
Está enterrada con flores, frutas y pájaros que tuvieron colores puros.
Estas perrerías que tiñen el mar pueden asustar a mi dulce Gorgosaurus.
Le tocó vivir tiempos de furia.
Una nube ardiente envolvía los manglares donde oía los gruñidos
con troncos retorcidos y ramas con savias salvajes.
Ahora las hojas se caen de pobreza y la luna está hecha de escombros.
Los pájaros descienden y ven la imagen sucia y sin memoria.
La Tierra no madura en su ocaso.
El mundo llueve sobre el Cielo
y yo me paso la vida esperando a mi amada Gorgosaurus para que
me defienda.
13 DE NOVIEMBRE
La tristeza me habla desde la yema de los dedos
hasta dormir y no despertar,
morir sin palabras, sin poemas,
pidiéndole perdón a la vida.
El viento fue siervo y susurraba secretos de la Creación en mi oído
y no me di cuenta,
se dejaba oír como rumor lejano.
La juventud me engañó con collares de vidrio
y me hizo empeñar mi corazón por cuatro monedas.
Los cuervos hacen negra la noche
girando con el mundo alrededor de la rosa
cuando se desvanece en el azul milagroso.
Me ahorqué con una soga de inutilidades
buscando la dicha que no sabe que existo.
Ella es hereje, malhablada, vagabunda y torpe,
es una señora hueca,no lee poemas,
no contesta llamadas y vive, como yo, enferma en los hospitales.
CASIDA
El Rey vive en un sombrero
para escapar de los vientos solares,
del infierno que desatan las mariposas.
Tiene un quiosco, un jardín de mujeres y caramelos
una carretera y un conejo que canta Casidas.
Las canta con belleza imperfecta,
con lealtad,
cuando el sol se oculta detrás de la luna
cuando la luna desaparece del cielo cubierta por la sombra de la
tierra.
El Rey vive en un sombrero
con leones y grifos en ladrillos de azul vidriado
desde antes de la Biblia y el Corán.
Afuera el dolor y la gloria,
la muerte, toda la belleza marchita, perros y pulgas;
el punto de partida:
El hombre luchando por recordar lo que quería ser,
qué quiere en el mundo que en el camino lo olvidó.
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