Marta Leonor González/Mabel Calero
Polémica ha generado “la intervención plástica del reloj de la ciudad de Diriamba”. El malestar se ha extendido hasta las redes sociales como Facebook. Igual muchos pobladores del lugar están en contra y de acuerdo que se haya intervenido el reloj como parte de las festividades conmemorativas de El Güegüense declarado como Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el 2005.
Invitados por el Instituto Nicaragüense de Turismo y la Alcaldía de Diriamba, Ernesto Salmerón, Alicia Zamora, Wilbert Carmona, Oscar Rivas y Oscar Acuña realizaron versiones libres y cuestionadoras sobre los conceptos de El Güegüense en el reloj, un ícono histórico, social y cultural que representa la identidad de los diriambinos.
Alicia Zamora, artista que ha participado con un empapelado de xilografías, decoró la puerta del reloj con un mosaico de colores hecho con papel de china, pintura y grabados. Ella explica que la gente ha protestado por creer que es político. “Antes de intervenirlo con arte, nadie volteaba a ver el reloj, ahora ven que hay propaganda política, afiches de conciertos evangélicos, todo tipo de eventos, sobre esto he puesto los grabados”, dice.
También explica que las opiniones son diversas. “Gente que pasa por ahí quiere que le expliquen lo que pasa, otros que critican cuando son incapaces de reunir fondos para componer las agujas del reloj y echarlo a andar”.
LA POBLACIÓN DIVIDIDA
Para Guillermo Ruiz, conductor del microbús, los dibujos hechos en la parte de debajo de la torre no tienen nada de artístico.
“Yo miré el día que lo estaban pintando, ellos supuestamente quisieron presentar su arte manchando el reloj, para mí eso no tiene ningún significado ver ese montón de rayas de colores celeste y negro, lo único que me gusta son las máscaras de El Güegüense que dibujaron arriba”, dijo Ruiz.
Sin embargo aunque muchas personas no están conformes, otras consideran que el arte urbano le dio vida al ícono del reloj.
“Es arte contemporáneo, considero que esto le da un valor agregado al reloj, era lo que hacía falta para darle un realce, porque siempre mirabas al reloj solo como una estructura física, ahora tiene otro significado, otros elementos; pero muchas personas no van estar de acuerdo porque no saben interpretar el arte urbano”, sostuvo Miguel Ángel Arauz, habitante de Diriamba.
Alicia Zamora agrega que lo importante de la polémica es que el arte pudo llegar a la gente, sin ir a las galerías y sin estar en las bienales y pudo provocar reacciones en ellas.
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