Rezaye Álvarez M.
El día de Juana Carolina Osejo inicia a las 4:00 a.m. cuando se despierta para alistarse e irse a su centro de trabajo. Ella no sale sola de su casa a esa hora.
A Juana la acompañan sus dos hijos Alexander y Jonathan, de 12 y 9 años respectivamente, quienes limpian vidrios de los vehículos mientras su madre vende agua, todos juntos en el semáforo de Guanacaste, Carretera Sur.
– Esta meta va ligada a la promesa de facilitar “su integración” a la educación, salud, seguridad, deporte, cultura y recreación.
– Con la conformación del Sistema Nacional para el Bienestar Social pretenden erradicar el trabajo infantil.
– Este programa también contempla lograr la permanencia en el sistema educativo.
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Según cuenta Juana, su hijos trabajan en el semáforo porque ellos quieren, porque ella preferiría que estuvieran en un Centro de Desarrollo Infantil (CDI), además aseguró que hasta hace algún tiempo los tuvo en un internado donde no pagaba ni un córdoba y sus hijos recibían clases y alimentos.
Pero desde hace dos meses, los encargados del internado, del cual dice no recordar el nombre, le entregaron a sus hijos por orden del Ministerio de la Familia, aduciendo supuestamente que los niños debían estar con ella en casa.
El drama de los niños en la calle contrasta con las cifras presentadas en el más reciente informe “Nicaragua Triunfa número 88”, donde aparece que 872 niñas, niños y adolescentes han disminuido su actividad laboral para dedicarse al estudio y a las actividades de los grupos de interés.
Según el informe oficial, 662 niñas, niños y adolescentes fueron “retirados” del trabajo infantil, pero Alexander y Jonathan siguen ahí, como siempre.
Al consultarle a Juana si algún representante del Programa Amor o del Ministerio de la Familia (Mifamilia) la ha contactado para ofrecerle algún tipo de opción, ella aseguró que los representantes de Mifamilia solo la han entrevistado para saber la condición de vida de los niños e instarla a que los mande a estudiar.
Según el informe sobre los resultados del Programa Amor, desde el 2007 el gobierno del presidente inconstitucional Daniel Ortega “dio prioridad a las políticas de protección de los derechos de los niños y niñas a una vida digna y feliz”, mediante el establecimiento de políticas para la eliminación del trabajo infantil y la tutela de los derechos laborales de adolescentes que trabajan.
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