EFE
Vida
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Aunque puedan no estar familiarizados con el término de computación en nube, ya muchos de ustedes lo habrán usado en casa o en el trabajo.
La computación en nube es la posibilidad de acceso, desde cualquier punto o dispositivo, a un sistema de archivos, aplicaciones y servicios de una red alojada en unos servidores, de manera pública o requiriendo permisos, con conexión directa o a través de internet.
Debes saber que a la nube llega solo lo que se envía. Esto puede parecer una obviedad, pero tiene un fondo importante: si se sube un virus, se bajará un virus; si se sube una foto, se bajará una foto.
ARCHIVOS PROTEGIDOS
Así, la primera barrera para la seguridad es la del propio ordenador desde el que se accede, si está protegido con un antivirus o no, y el sentido común del usuario para no subir archivos cuya procedencia desconoce.
Esta primera parte del proceso es extremadamente sencilla para el usuario —tanto como hacer un par de clics para copiar el archivo a una carpeta sincronizada—, pero internamente está severamente vigilada.
Desde DropBox explican que cada envío que sube es, en el proceso, codificado con protocolos de seguridad muy exigentes, que garantizan la integridad del archivo.
Una vez subido el archivo, este se incorpora a gigantescos servidores que las compañías proveedoras del servicio tienen destinados a este efecto. Es aquí donde entra la parte más sensible de la seguridad, ya que el usuario no participa de este proceso y todo se basa en la confianza en la seguridad de estas compañías.
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