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2013: un año complicado

Pese a que durante el 2012 una serie de plagas se “ensañaron” contra diversos cultivos, para el presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), Álvaro Fiallos Oyanguren, el “buen invierno, los precios regulares, el producto de los esfuerzos por mejorar la productividad del sector agropecuario y en el caso del frijol el uso de un inoculante”, permitieron que fuera un “buen año cosechero” para los 75,000 socios oficiales de la organización y otros 25,000 pequeños y medianos productores, que sin estar afiliados se benefician de los programas que desarrolla la organización.

Lucydalia Baca Castellón

Pese a que durante el 2012 una serie de plagas se “ensañaron” contra diversos cultivos, para el presidente de la Unión Nacional de Agricultores y Ganaderos (UNAG), Álvaro Fiallos Oyanguren, el “buen invierno, los precios regulares, el producto de los esfuerzos por mejorar la productividad del sector agropecuario y en el caso del frijol el uso de un inoculante”, permitieron que fuera un “buen año cosechero” para los 75,000 socios oficiales de la organización y otros 25,000 pequeños y medianos productores, que sin estar afiliados se benefician de los programas que desarrolla la organización.

La influencia llega en total a 100,000 pequeños productores, según estima la UNAG. Según el IV Censo Nacional Agropecuario (Cenagro) 2011 en el país existen 261,321 productores que cultivan alrededor de 1.5 millones de manzanas por ciclo agrícola. Aunque no existen cifras oficiales, la UNAG estima que entre el 50 y 70 por ciento de esa producción depende de sus agremiados.

Fiallos detalla que “a todos los granos básicos, el maní, el ajonjolí, la caña y en términos generales todos los cultivos tuvieron excelente rendimiento. Además, el ganado va repuntando. Las exportaciones de carne han subido y los precios están más o menos estables”. Aunque lamenta que los precios que paga el mercado internacional por la carne y los derivados lácteos, “no se trasladan completamente” a los productores.

Tradicionalmente los pequeños y medianos productores se dedicaban exclusivamente al cultivo de granos básicos. Actualmente los asociados a la UNAG dominan además gran parte de la producción de ajonjolí, gran parte del café, parte de la caña que cultivan como colonos de los ingenios y “poco a poco, estimulados por los buenos precios han incursionado al maní.

Además, unos 6,000 socios de la organización están dedicados a cultivar frijol negro para exportar a Venezuela. En el 2011 vendieron 210,000 quintales y se espera que cada año la cifra se incremente. En el subciclo de apante sembraron 12,000 manzanas, de las que esperan cosechar en las próximas semanas unas 12,000 toneladas. La meta es en el resto del año ampliar las áreas del cultivo.

En medio de estas dificultades se estima que el sector agropecuario creció entre el 10 y 12 por ciento durante el 2012. Para el 2013 Fiallos espera que los esfuerzos por incrementar la productividad sigan rindiendo frutos para que se pueda alcanzar un crecimiento de al menos un diez por ciento.

No obstante, Fiallos reconoce que el sector agropecuario necesita mejorar la productividad para mantener la rentabilidad de sus actividades. Pero esto depende de la disponibilidad del financiamiento, el acceso a semilla de calidad y la asistencia técnica, aspectos que siguen siendo los principales retos a vencer por el sector.

¿De qué depende elevar la productividad en el sector agropecuario?

Sobre todo en los granos básicos… de utilizar la semilla adecuada. Pero Nicaragua solo puede abastecer con esa semilla el 15 por ciento del área que se cultiva. El resto de la producción se hace con semilla del montón. Eso provoca que se mezclen las variedades y problemas en la maduración de la planta.

Mientras no podamos proveer mayor cantidad de semilla de buena calidad, vamos a seguir teniendo problemas con la productividad. No es que la semilla sea lo único, pero es lo principal.

¿De qué o de quién depende elevar la producción de semilla de calidad?

De todos. Primero de la capacidad del INTA (Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria) para producir la semilla básica que garantiza la genética de la semilla. Además, hay que programarse para tres años. Porque para obtener la semilla certificada hay que sembrar primero la semilla de registro, pero para sembrar esta semilla tuve que sembrar antes la semilla básica y esta es la semilla genética que está en los centros experimentales del INTA. Por tanto el INTA tiene que mejorar su sistema de producción en los centros experimentales para que podamos tener semilla certificada.

¿Qué capacidad de producción tienen los laboratorios del INTA?

No sé. Pero, ahorita él nos ha proveído la semilla para sembrar el fríjol negro, maíz y está trabajando con sorgo. Con esa semilla nosotros estamos produciendo semilla certificada. Incluso, estamos produciendo semilla certificada de frijol negro para exportar a Venezuela, adicional a la que utilizamos para producir lo que se exporta como frijol comestible. Ahorita vamos a exportar unos siete u ocho mil quintales, ya que este es otro negocio rentable para el productor.

Otro problema es que el uso de esta semilla encarece el cultivo por su alto costo. La que estamos exportando a Venezuela tiene un costo de entre 65 y 70 dólares por quintal. Y el quintal de frijol ya procesado apenas anda en unos 45 dólares por quintal.

Pero, aclaro, producirla aquí puede costar hasta 70 dólares por quintal, pero si vos la traés de afuera, de Brasil por ejemplo, cuesta entre 120 y 140 dólares el quintal de frijol y 100 dólares o más el sorgo. Entonces el productor no puede comprar semilla de 100 dólares para vender grano de 30 o 45 dólares, porque para pagar un quintal de semilla certificada tiene que sacar 4 o 5 quintales más de su cosecha. Por eso es fundamental aumentar la eficiencia en la producción de semilla certificada, para que no sea tan cara.

¿Qué otro obstáculo deben enfrentar?

La tecnología en general. El manejo del plantío, las fechas de siembra y la población, es decir la cantidad de plantas que deben sembrarse por manzana. Por ejemplo, en maíz deberíamos sembrar entre 50,000 y 60,000 plantas por manzana, pero como todavía se hace a espeque, solo se siembran entre 20,000 y 25,000. El resultado es el bajo rendimiento. Pero el uso de tecnología requiere reales y como el pequeño productor no tiene acceso al crédito, ni a la asistencia técnica, seguimos estancados.

¿La falta de financiamiento sigue entorpeciendo la actividad agropecuaria?

Definitivamente. Para darte una idea de toda la cartera de crédito del Sistema Financiero formal, solo entre el 2 y el 4 por ciento se asigna al sector agropecuario. En algunos casos, como la caña y el maní, claro que los financian, porque los buenos precios internacionales son garantía.

Pero a los pequeños productores nos tienen alergia. Cuando un pequeño productor llega a solicitar un crédito hasta se les pone colorada la piel porque les da alergia.

Eso hace que para sacar adelante la producción tengamos que caer con la casa comercial que te vende el insumo que tiene en inventario, que no necesariamente es el mejor, pero al no tener otra opción, matás tu cosecha al precio que le pongan; o con las microfinancieras que meten intereses altísimos.

Pero aún así, los pequeños productores que tienen acceso a créditos no pasan del 20 por ciento. Entonces cuando no tenés plata, sembrás cuando podés y como podés. En cambio cuando se tiene el financiamiento se siembra cuando se debe y como se debe.

Por otro lado están los comerciantes y los intermediarios que en lugar de incentivar a los productores les botan el precio a los productos haciendo perder al productor.

En medio de este círculo vicioso al que parecen haberse adaptado, ¿qué metas se han fijado para el ciclo agrícola 2013-2014?

A pesar de todo, los programas del Gobierno, sobre todo el Bono Productivo Alimentario y el Programa Crisol han ido haciendo un buen trabajo. La asistencia técnica el INTA, la UNAG y otras organizaciones y cooperativas han ido mejorando poco a poquito la situación. Hace diez años la situación era peor, pero se ha ido mejorando, más despacio de lo que quisiéramos pero va caminando.

Por eso creemos que con el esfuerzo de todos, en alianzas las mesas por rubro que se han creado a través del Ministerio Agropecuario y Forestal (Magfor) que las rectorea, confiamos en que las cosas se van a mejorar.

Lo que ocurre es que todas estas cosas son como dejar caer un chorrito de agua sobre un ladrillo de barro en el desierto. Se mejora, pero como la necesidad es tan grande no se nota. Es un asunto de paciencia.

¿Cuántos años necesitará ese ladrillo para mojarse por completo?

Esa es una buena pregunta, porque depende de cuánta más agua se le eche. Pero la realidad es que la mejoría solo se logrará si se mantiene la alianza productores-Gobierno-cooperación-bancos.

Pero los bancos no han entrado a esa alianza…

No. Ellos dicen al inicio de todos los ciclos agrícolas “tenemos tantos miles de millones de córdobas” pero no dicen que no están accesibles a los productores. Porque los reales están, eso es legítimo, pero de nada sirve porque no tenemos acceso a ellos. Entonces hay que ir haciendo esas combinaciones.

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