Vladimir Vásquez
El dragado en el río San Juan continúa, pero no con la misma intensidad con la que llegan los sedimentos provenientes de Costa Rica. Por ahora, hay cuatro dragas que tratan de disminuir el impacto negativo que causa la construcción de la carretera que bordea al río, según la última información oficial.
El Gobierno de Nicaragua, de acuerdo con sus planes, estima que para finales de este año en el río hayan unas seis dragas para ampliar el trabajo de limpieza que se ejecuta desde 2010.
Al río San Juan de Nicaragua llegan cada día unas 1,200 y 800 toneladas de sedimentos provenientes de los ríos San Carlos y Sarapiquí, respectivamente, según el estudio hecho por el Ministerio del Ambiente y Energía de Costa Rica.
Se estima que unos 480 mil metros cúbicos de sedimentos se sacaron del río en el 2012, la mayoría provenían de la carretera de 160 kilómetros que bordea al San Juan, según las denuncias de los ambientalistas nicaragüenses.
“El problema está en que la carretera es un flujo permanente (de sedimentos)”, dice el ambientalista Kamilo Lara.
Él explica que las persistentes lluvias de la zona son las que evitan que la limpieza del río pueda avanzar mucho más rápido.
“Lo planificado ha dejado de cumplirse como estaba previsto”, asegura Lara, pues no se contaba con las enormes cantidades de sedimentos que han caído producto de la vía que bordea al principal cuerpo de agua de la Reserva de Biosfera Río San Juan, la segunda más importante de Centroamérica.
PIDEN REUNIÓN
Los ambientalistas de Nicaragua están pidiendo una reunión con la comisión designada para la limpieza del río San Juan.
Según Lara, lo que buscan es conocer los detalles más específicos sobre el avance del proyecto y la totalidad de sedimentos que se lograron extraer desde el inicio del proceso. Esto les permitirá medir con efectividad el impacto que han tenido los trabajos de limpieza y las alteraciones a la vida de los habitantes de Río San Juan tras el inicio de la construcción de la vía paralela al San Juan.
De acuerdo con Lara, todavía en algunas zonas del río la navegación se ha hecho muy difícil porque los sedimentos provocan que las embarcaciones queden varadas en las zonas secas.
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