Hjalmar Ruiz Tückler(*)
En 2010 la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) emitió la Recomendación UIT-R M.1801-1, en donde se dieron a conocer las normas de interfaz radioeléctrica móviles por debajo de la 6 GHz. Básicamente aplicables a todas las bandas de frecuencias que se han identificado a nivel mundial para los servicios móviles de banda ancha.
Estas normas están constituidas por especificaciones comunes elaboradas por organizaciones de normalización (SDO) y desde luego al utilizar esta recomendación, los fabricantes y operadores deberían ser capaces de determinar las normas más adecuadas a sus necesidades y de sus mercados potenciales.
Todas las normas soportan una amplia gama de aplicaciones en zonas urbanas, suburbanas y rurales, tanto para datos de internet de banda ancha genéricos como para datos en tiempo real, incluidas aplicaciones tales como voz y videoconferencia. Sin embargo quiero resaltar dos de las normas.
La primera: el sistema de ultrabanda ancha móvil (UMB) que proporciona un diseño unificado para los modos de funcionamiento en división de tiempo y en división de frecuencia, tanto dúplex como semidúplex, con anchuras de banda escalables entre 1.25 MHz y 20 MHz. El sistema está diseñado para proporcionar un acceso radioeléctrico robusto y está optimizado para conseguir una elevada eficiencia espectral y un retardo reducido mediante técnicas de modulación avanzadas, de adaptación del enlace y de transmisión con múltiples antenas. También se aplica el traspaso rápido de llamadas, el control rápido de potencia y la gestión de la interferencia entre sectores.
La segunda: asociada a la interfaz radioeléctrica con acceso múltiple por división de código sincronizado o con secuencia directa (AMDC-S o AMDC-SD), que incluyen tres opciones de velocidad de datos codificados.
Estas interfaces radioeléctricas pueden transportar una amplia gama de servicios y soportar eficazmente servicios basados en conmutación de circuitos y servicios basados en conmutación de paquetes. Se ha diseñado un protocolo radioeléctrico flexible en el que el usuario puede utilizar simultáneamente varios servicios diferentes, tales como voz, datos y multimedios, multiplexados en una única portadora.
Lo importante de ambas normas es que podrían estar disponibles en el país con la entrada de un tercer operador móvil, que estaría en competencia con la tecnología LTE, a la que los actuales operadores han planificado evolucionar sus redes.
El reto es dinamizar el mercado con base en la competencia de redes, servicios y tecnologías. Veremos si esto se puede lograr en beneficio de los consumidores.
Consultor
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