Agencias
El pintor Edvard Munch, autor de El grito, cumple 150 años de haber nacido. Noruega inaugura actos de homenaje a su artista más internacional, con un amplio programa multidisciplinar que recuerda al autor que al morir dejara más de mil cuadros, 15,400 grabados, 4,500 dibujos y acuarelas y seis esculturas a la ciudad de Oslo.
Durante la Segunda Guerra Mundial Munch se hace mundialmente conocido y expone por primera vez sus cuadros en los Estados Unidos en 1942 en Nueva York. Con motivo de su 80 cumpleaños es objeto de grandes homenajes, a pesar de su mal estado, en el que sufre continuamente resfriados, acude a todos ellos con gran honor. El 23 de enero de 1944 muere en Noruega como había vivido: completamente solo.
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Un pintor que al igual que Leonardo da Vinci alardeaba de conocer bien y estudiar la anatomía humana y diseccionado cuerpos. Sus pinturas las que decía “diseccionarles el alma”, son obras relacionadas con los sentimientos y las tragedias humanas (tristezas, angustias, desesperación), vistas en sus pinturas como Melancolía, El grito, considerada su obra emblemática, la Muerte de un bohemio y el Amantes, y El beso.
Considerado el precursor del expresionismo, por la fuerte expresividad de los rostros y las actitudes de sus figuras, además del mejor pintor noruego de todos los tiempos.
EL ROBO
La más famosa versión de El grito fue robada del Museo Nacional en 1994 y recuperada a los tres meses.
Diez años después, unos ladrones se llevaron a plena luz del día la versión que colgaba en el Museo Munch, junto con La madonna , y ambos cuadros no fueron encontrados hasta dos años después, aunque con daños irreparables.
Ese robo puso al descubierto las graves deficiencias de seguridad del museo, que reabrió nueve meses más tarde tras invertirse más de cien millones de euros, pero con menos espacio, lo que dejó patente aún más la necesidad de disponer de un recinto mayor para acoger la enorme colección que Munch legó al ayuntamiento de Oslo.
Pero nueve años después el legado del pintor más internacional de Noruega sigue en el mismo lugar, víctima de intrigas de los partidos políticos, incapaces de ponerse de acuerdo sobre la nueva ubicación.
Tras el sonado robo de El grito y La madonna , de gran resonancia internacional, se reforzaron las medidas de seguridad en 2005, de tal modo que las obras más valiosas se exhiben detrás de grandes paneles de vidrio, en expositores que recuerdan a los escaparates comerciales. Los dos cuadros citados se recuperaron con desperfectos menores.
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