Wendy Álvarez Hidalgo
Las importaciones de Nicaragua crecen a menor ritmo que las exportaciones, lo que favorece en parte a que la brecha comercial no continúe abriéndose. Entre enero y noviembre del año pasado el país invirtió 5,307 millones de dólares en la compra de bienes y mercancías, lo que representó un repunte del 11.7 por ciento respecto al mismo lapso en 2011.
Ese incremento, no obstante, es inferior si se compara al crecimiento en 2011 respecto al 2010. En 2012 el incremento fue de 557.79 millones de dólares, mientras que en 2011 fue de 952.26 millones de dólares, es decir 25.1 por ciento.
2,599 millones de dólares alcanzó la brecha comercial en 2011.
2,021 millones de dólares ascendió el déficit comercial en 2010.
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El economista René Vallecillo señaló que en parte eso obedece al comportamiento del precio del crudo en el mercado internacional.
Del monto total de la factura petrolera, al menos 1,039 millones de dólares en producto se compró a Venezuela, refleja el informe oficial.
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En cuanto al déficit comercial —es decir lo que Nicaragua exporta respecto a lo que importa—, según el último informe del Banco Central de Nicaragua (BCN), hasta noviembre del año pasado la brecha se situó en 2,456 millones de dólares, 18.8 por ciento más en relación con el año anterior.
Estos datos reflejan que la brecha comercial también creció a menor ritmo, ya que en 2011 el incremento fue de 22.7 por ciento, en comparación al 2010, según se desprende del informe anual del BCN, disponible en su portal electrónico.
Pero ¿qué factores habrían incidido en esta reducción de ritmo de crecimiento de la compra de mercancías en el exterior? El economista René Vallecillo dice que esa desaceleración significa que “Nicaragua está dándole mayor valor agregado a la producción interna y por eso estamos dependiendo menos de las importaciones. Sin embargo todavía hay un déficit estructural”.
De ahí se explica en parte que la importación de bienes de consumo (duraderos y no duraderos) haya crecido a menor ritmo que la compra de bienes de capital, que incluye, por ejemplo, adquisición de maquinarias que requiere la industria para dar valor agregado a la producción.
Las importaciones de bienes de capital repuntó a noviembre de 2012 casi un 26 por ciento, entretanto la compra de bienes de consumo creció apenas nueve por ciento.
También los bienes intermedios, que incluye por ejemplo la compra de insumos para el sector agropecuario, muestra en el periodo en registro un crecimiento mayor al 15 por ciento.
Vallecillo, sin embargo, no cree que esa desaceleración en las importaciones esté influida por una reducción en el consumo, al recordar que en 2012 la economía del país repuntó un 4.2 por ciento. Cuando se calcula el crecimiento de un país, el consumo interno es una de las variables que influye en el indicador final.
Si bien el poder adquisitivo de los nicaragüenses ha retrocedido y el salario promedio que se paga en el país se mantiene “congelado”, Vallecillo sostiene que el crecimiento del consumo interno se ha dinamizado por la mejoría en el salario mínimo, que promedia los 3,500 córdobas.
A septiembre del año pasado, el salario real, es decir la capacidad de compra que tiene cada trabajador, se situó en 1,447.8 córdobas, inferior respecto a agosto, cuando fue de 1,453.6 córdobas.
Entretanto, el salario nominal, es decir el salario promedio que se paga a nivel nacional, ascendió a 7,083 córdobas, ligeramente superior a agosto 7,065 córdobas, respectivamente. “Hay nuevos consumidores que están adquiriendo ciertos productos, principalmente de alimento producido a nivel interno”, enfatiza Vallecillo.
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