El grave error que cometió el diario español El País, al publicar una fotografía falsa de Hugo Chávez, entubado, provocó la furia de los gobernantes chavistas de Venezuela. El diario español reconoció rápida y públicamente su error y retiró de inmediato la fotografía falsa del caudillo venezolano, pero el daño ya estaba hecho. Y los gobernantes venezolanos y de los países del Alba, que son enemigos acérrimos de la libertad de expresión, han aprovechado la ocasión para atacar y denigrar ferozmente no solo al periódico El País, sino a toda la prensa libre y al periodismo independiente en general.
Es evidente que la publicación de la falsa foto de Chávez fue un error. No hubo una intención dolosa del periódico. Un error grave sin duda, pero error al fin y al cabo, el cual daña principalmente al mismo periódico que lo cometió, cuya impecable trayectoria profesional ha sido seriamente empañada con este lamentable incidente.
Se trata de que una agencia de servicios fotográficos, con la cual El País ha tenido relaciones comerciales desde hace algún tiempo sin problemas de ninguna clase, le ofreció una fotografía que aunque de mala calidad podría tener gran valor noticioso, por la personalidad y la situación del supuesto fotografiado. Si la foto fuese de una persona cualquiera, a nadie le interesaría. Pero Hugo Chávez es el más mediático e histriónico de los políticos y gobernantes en todo el mundo, que ha usado y abusado de los medios de comunicación para proyectar su imagen, para fomentar el culto a su propia personalidad y presentarse incluso como una especie de dios viviente.
Por lo tanto una foto relacionada con la enfermedad y tratamiento médico de Chávez, si fuese verdadera, sería una pieza noticiosa de primera importancia. Probablemente por eso los editores de El País, descuidando sus habitualmente rígidos mecanismos de control, cayeron en la trampa y se envolvieron ellos mismos en una penosa situación en la que ningún periódico y periodista que se respete a sí mismo, quisiera involucrarse, porque la responsabilidad y la credibilidad está por encima de todo.
Pero la desmesurada reacción del régimen chavista al error cometido por el diario El País, el morbo con el cual están aprovechando ese descuido profesional y desliz periodístico, mueve a sospechar que podría haber algo turbio detrás de este asunto, una sórdida maquinación para golpear de manera contundente el prestigio de ese periódico independiente y democrático, al mismo tiempo que denigrar a la libertad de prensa y el periodismo libre a los que tanto desprecian los gobernantes autoritarios.
El régimen comunista cubano odia al diario El País, porque además de ser un periódico crítico del totalitarismo concedió a la periodista cubana independiente Yoani Sánchez, en 2008, el prestigioso premio José Ortega y Gaset y luego la nombró su corresponsal en Cuba. Después de eso Yoani Sánchez ha recibido otros galardones y el año pasado fue propuesta como candidata al Premio Nobel de la Paz. De allí que, conociendo la falta de escrúpulos con que operan los órganos de inteligencia y provocación del régimen cubano, y por lo tanto los de Venezuela, no sería nada raro que el grave error cometido por el diario El País de España se hubiese debido a una trampa totalitaria para pasarle la cuenta.
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