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Padres al rescate

Debido a que los niños no tienen noción del peligro, los accidentes son mucho más frecuentes que en los adultos.

ELBA CRISTINA PARRALES

Debido a que los niños no tienen noción del peligro, los accidentes son mucho más frecuentes que en los adultos.

Entre los accidentes más comunes figuran las magulladuras, las cortaduras, que van desde superficiales hasta profundas, y la ingesta de objetos por la boca.

Los especialistas recomiendan ante todo no darles objetos muy pequeños para jugar y estar pendientes de ellos en todo momento, ya que los bebés exploran su entorno y conocen las cosas a través de la boca.

Por su definición, los primeros auxilios son una serie de procedimientos médicos de emergencia que se aplican a una persona que ha sufrido un accidente o que ha enfermado repentinamente hasta que pueda recibir la atención médica adecuada. Por eso, ante un momento de peligro es importante mantener la calma y concentrarse en tratar de solucionar de la mejor manera posible el problema para evitarle sufrimientos al bebé.

La cirujana pediatra Alba Luz Hernández, de la Clínica Materno Infantil Alba, explica que es usual que la ingesta de objetos ocasione la asfixia de un niño. Este tipo de episodios suelen suceder en el hogar, generalmente en niños menores de 3 años que están en plena etapa de descubrimiento y exploración, y en la que aún no han desarrollado los dientes como para morder antes de tragar de manera directa.

“Cuando un niño traga un objeto y este llega a la faringe, puede suceder que si el objeto es muy pequeño pase directo al esófago o que el niño comience a tener vómitos, salivación intensa e imposibilidad de tragar sólidos. Si el objeto pasa a la vía aérea, el caso se convierte en un episodio de extrema gravedad. Lo primero que puede pasar es la sensación de ahogo, seguida de tos intensa, labios y uñas moradas e imposibilidad de respirar”, explica la doctora Hernández.

En ambos casos se recomienda mantener la calma para que el niño sienta tranquilidad de parte de los adultos que lo están auxiliando. Mientras tanto, se debe llamar al servicio de emergencias o proceder a llevarlo al centro de atención médico más cercano.

No introduzca los dedos en la faringe. Esto puede acrecentar el problema.

No coloque al niño de cabeza ni golpee con fuerza la espalda.

Coloque al niño en el suelo, boca abajo y con el rostro de costado. Presione enérgicamente la espalda haciendo varias repeticiones.

Si ante eso no hay respuesta, se le deberá dar respiración de boca a boca y repetir la maniobra.

Si se trata de niños mayores, se les debe abrazar por la espalda y hacer presión con las manos en la unión del tórax y el abdomen. Si el niño no reacciona, se debe ir urgentemente a un centro médico.

Es importante que los padres de familia tomen en consideración algunas alternativas para evitar pasar por este tipo de situaciones. “Lo mejor es no dejar objetos o alimentos pequeños al alcance de los niños, ni dejar que coma solo, sino que lo haga siempre acompañado de un adulto y si se pone algo en la boca, hay que quitárselo con serenidad y explicarle que se puede hacer daño”, recomienda Hernández.

BOTIQUÍN A MANO

Bien dice el dicho que persona precavida vale por dos. Por eso es sumamente vital que tanto en la casa como en el bolso de viaje, incluso en el carro, lleven consigo una lista de medicamentos y otros productos que pueda necesitar el bebé. No obstante, como advierte la doctora Velia Flores Madrigal, especialista en pediatría, hay que tener mucho cuidado con los medicamentos que le den a los bebés en casa, ya que lo fundamental es que sea por indicación médica.

CONTENIDO DEL BOTIQUÍN

A continuación incluimos todo aquello que no te puede faltar en tu botiquín de primeros auxilios:

—Termómetros de bebé y/o niños (digitales, de oído y rectales).

—Analgésico en jarabe o líquido para niños y bebés que no contenga aspirina (paracetamol o acetaminofén).

—Loción de calamina tópica o crema de hidrocortisona (1/2 por ciento) para las picaduras de insectos y el sarpullido.

—Alcohol para la limpieza de termómetros, pinzas y tijeras.

—Vaselina para lubricar los termómetros rectales.

—Un limpiador antiséptico para la piel (no utilice agua oxigenada, ya que puede dañar los tejidos).

—Crema antibacteriana, también para cortaduras y raspaduras.

—Pinzas para quitar astillas, garrapatas, etc.

—Una tijera que corte bien.

—Una tijera de uñas con poco filo.

—Una loción con filtro solar que sea segura para su bebé.

—Repelente de insectos apto para niños.

—Pera de goma nasal para aspirarle la mucosidad cuando tenga su naricita tapada.

—Variedad de vendajes adhesivos de diferentes tamaños y formas (para la piel delicada de los niños compre los que sean más fáciles de despegar).

—Rollos de gasa de entre 1 y 5 cm de ancho.

—Almohadillas de gasa de 5×5 y 10×10 cm.

—Cinta adhesiva.

—Bolitas de algodón esterilizadas.

—Palitos de algodón.

—Jabón líquido suave (la mayoría de los jabones antibacterianos y desodorantes son muy fuertes para la delicada piel de los bebés).

—Una jeringa oral o una cuchara o vasito dosificadores para administrarle los medicamentos a su bebé o niños.

—Un paquete de palitos de madera para examinar la garganta en caso de dolor.

—Una bolsa para agua caliente y una bolsa de gel frío.

—Una linterna para examinar los oídos, la nariz, la garganta y los ojos.

—Líquidos rehidratantes con electrolitos para tratar la diarrea infantil.

—Un inyector de epinefrina, un inhalador para el asma o cualquier otra medicación recetada por si su niño es alérgico a las picaduras de abejas, al cacahuete o a los mariscos, o si tiene algún otro tipo de alergia potencialmente mortal.

Nosotras Bebé salud archivo

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